Encuentran nueve especies de crustáceos del Jurásico en charcas de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha

  • Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han localizado nueve especies de anostráceos del Jurásico en pequeños medios acuáticos a lo largo de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid, según informa el organismo.
'Chirocephalus Diaphanus', Anostráceos (Crustáceos Branquiópodos)
'Chirocephalus Diaphanus', Anostráceos (Crustáceos Branquiópodos)
MNCN-CSIC/MARIO GARCÍA PARÍS
'Chirocephalus Diaphanus', Anostráceos (Crustáceos Branquiópodos)

'Anostraca' es un superorden de crustáceos branquiópodos que vive en medios acuáticos tanto salinos como de agua dulce, y son especies consideradas como fósiles vivientes porque han logrado sobrevivir desde el Jurásico (200 a 150 millones de años) sin cambiar su morfología. En las salinas se crían como alimento para las mascotas de los acuarios y los cultivos de las piscifactorías.

En concreto, los investigadores han localizado en estas charcas y humedales el hábitat de: 'Artemia', 'Branchinecta ferox', 'B. orientalis', 'Branchinectella media', 'Branchipes schaefferi', 'Chirocephalus diaphanus', 'Phallocryptus spinosus', 'Tanymastix stagnalis' y 'Streptocephalus torvicornis'.

El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Heteropterus Revista de Entomología', ha sido elaborado por los científicos del MNCN, P.C. Rodríguez Flores, A. Sánchez-Vialas y M. García-París.

Este hallazgo completa los registros sobre 'Anostraca' en el interior peninsular, amplía sus áreas de distribución a zonas que hasta ahora no se habían estudiado e indica que las densidades de anostráceos son mayores en charcas de menor entidad que en grandes lagunas y humedales. Los anostráceos son bioindicadores y su presencia supone una referencia importante a la hora de evaluar la calidad de las aguas.

Según señala la investigadora del MNCN Paula Rodríguez-Flores, "la supervivencia de los anostráceos a lo largo del tiempo es paradójica", ya que asegura que "su vida es muy corta porque está ligada al carácter efímero de las charcas estacionales". "Pero han conseguido perpetuar su existencia y forma desde el Jurásico", ha añadido.

Los anostráceos tienen un ciclo vital de apenas 15 días y ponen huevos que se llaman 'de resistencia', según explica la experta, que comenta que se quedan enterrados en el barro y pueden soportar, e incluso necesitar, condiciones hostiles para eclosionar cuando vuelven a entrar en contacto con un medio húmedo, lo que, a su juicio, "puede tardar decenios".

Aunque tradicionalmente el muestreo de anostráceos se realiza en lagunas y medios acuáticos de gran tamaño, el estudio se ha llevado a cabo en más de 200 charcones desde un punto de vista taxonómico, ya que las charcas de menor entidad presentan unas características ideales para encontrar grandes densidades de 'Anostraca' al no estar expuestos a la amenaza de los depredadores, en comparación con las grandes masas de agua mediterráneas, tal y como sostiene Rodríguez-Flores.

No obstante, la continuidad de estas especies en charcas naturales se ve amenazada por la falta de protección de estos lugares, la temporalidad y su pequeño tamaño, y los problemas causados por los herbicidas y productos fitosanitarios, según concluye Paula Rodríguez-Flores.

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