La música de la favela se apodera de la ceremonia de Río

Funk y otros iconos de la cultura afrobrasileña se apoderaron de la ceremonia de Río
Funk y otros iconos de la cultura afrobrasileña se apoderaron de la ceremonia de Río
EFE
Funk y otros iconos de la cultura afrobrasileña se apoderaron de la ceremonia de Río

Brasil es sin duda una potencia cultural y la música brasileña es admirada en todo el mundo. Este viernes, en la ceremonia creada por el cineasta Fernando Meirelles, director de Ciudad de Dios y El jardinero fiel entre otras, se vio una buena muestra de ello.

Meirelles ya avisó de que Bolsonaro (uno de los radicales de derecha más controvertidos de Brasil) y Donald Trump iban a odiar la ceremonia, lo que tiene sentido, dado el tinte popular y afrobrasileño de la estética de la ceremonia.

Una toma de posición del director brasileño, en un momento en el que el Gobierno conservador del presidente interino Michel Temer afronta el rechazo de colectivos afrobrasileños, lideres indígenas, LBGT y demás activistas de derechos humanos.

Samba, batucada, una apoteosis de carnaval y nombres enormes de Brasil como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Jorge Ben, Paulinho da Viola, Marcelo D2, entre otros, hicieron bailar al Maracaná.

Cultura negra

Meirelles es el creador de posiblemente la crónica desde la favela más famosa de todos los tiempos, Cidade de Deus, y algunos de los himnos del funk de la favela estuvieron en la ceremonia, como es el caso de Rap da felicidade, de Cidinho e Doca.

Interpretado por la cantante Ludmilla, el estribillo de esta canción, una expresión del orgullo de pertenencia a las barriadas más humildes -"yo sólo quiero ser feliz, vivir tranquilamente en la favela en que nací"-, fue coreado por el público brasileño del Maracaná a una sola voz.

Pero además el funk sonó también durante la mayor parte del desfile de los atletas, alternado con samba, eso sí.

La samba, el pasinho y el funk, los ritmos y bailes nacidos en las favelas cariocas se apoderaron del Maracaná y convirtieron la inauguración de los Juegos Olímpicos en una fiesta con la fuerza arrolladora de la cultura negra, que hizo bailar a todo el estadio.

Las favelas, las barriadas pobres de Río, donde vive una cuarta parte de la población de la ciudad, fueron la cuna de la samba hace un siglo y ahora de ellas emana el sonido poderoso del funk, una música de ritmo sincopado, con letras rapeadas y que normalmente tienen un contenido sexual explícito y, a veces, también de exaltación de las bandas de narcotraficantes.

Al igual que le ocurrió a la samba, el funk salió de la clandestinidad, de la marginación social y acabó bajando de los cerros donde se desparraman las favelas para acabar conquistando el gran público y la lista de las canciones más escuchadas en las radios brasileñas.

Con los primeros golpes de batería de funk, el joven Cristian do Passinho, de 13 años, se hizo dueño del escenario haciendo un despliegue del "passinho", un baile similar al "break dance" que es una auténtica fiebre entre los niños y adolescentes de las favelas.

Para hacernos una idea de hasta qué punto el funk es polémico, valga una muestra: a la niña violada por unos 30 hombres en Río de Janeiro en mayo de este año la llamaron "puta" y la acusaron de haberse inventado la violación entre otros motivos porque frecuentaba bailes funk.

Clásicos fusionados

A renglón seguido, Elza Soares, una de las grandes damas de la samba y la Música Popular Brasileña (MPB), entonó el "Canto de Ossanha", canción lanzada en 1966 por " target="_blank">Baden Powel y Vinícius de Moraes en su disco Os Afrosambas, que dio visibilidad a las religiones de origen africano. Hay que recordar que estas fueron perseguidas por las autoridades durante largas etapas de la historia de Brasil.

La "fiesta de la favela" prosiguió con una rápida sucesión de éxitos de pop, samba y funk interpretados en una batalla entre el rapero Marcelo D2 y el popular cantante de samba Zeca Pagodinho, que intercalaron estrofas de sus temas más conocidos.

Mientras, decenas de bailarines vestidos de blanco pululaban por los las pilas de cubos multicolores que emulaban la geografía de las favelas.

Las raperas Karol Conka y MC Soffia, de 12 años de edad, hicieron un breve duelo de voces, acompañados por un bailarín que mezcló "break dance" y "capoeira".

Después varios grupos de bailarines llenaron el escenario dispuesto sobre el césped del Maracaná para mostrar al mismo tiempo diferentes estilos regionales de Brasil, el Maracatú del noreste o la música los "bate-bolas", que son los arlequines del carnaval de Río.

El apoteosis de la fiesta, que puso a los graderíos en pie, lo puso Jorge Ben Jor entonando "País Tropical", canción que canta las bellezas de las diferentes regiones de Brasil y que es una suerte de himno nacional en clave de samba.

El éxito de Ben Jor fue tal que siguió entonando la canción a capela, acompañado por todo el público brasileño, que cerró con una sonora ovación.

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