La noticia de la exposición este otoño en el Born Centre de Cultura i Memòria de dos esculturas icónicas del franquismo no ha sentado bien entre gran parte de la ciudadanía, ni tampoco en la oposición municipal, sobre todo en los partidos de carácter independentista.
Alfred Bosch, presidente de ERC en Barcelona, ha manifestado su pleno desacuerdo en la exhibición de dichas estatuas: “No es la mejor manera de restituir a las víctimas del franquismo'', ya que según él, puede “inducir a equívocos”.
“En un país en el que se hubiera juzgado a los verdugos y enterrado a las víctimas, sería difícil de entender, pero se podría llegar a plantear como elemento cultural, pero mientras las fosas de la Guerra Civil siguen sin abrirse, que se plantee esta exposición es ofensivo para las víctimas, da una imagen de normalidad que no existe”, ha defendido Bosch. “Cuando en el Estado aún no se han retirado todas las muestras franquistas, que desde un ayuntamiento como el de Barcelona se expongan esculturas franquistas, por más que se interroguen entre ellas, es frívolo e innecesario y puede ser interpretado como un insulto”, insistía el republicano.
Eso sí, la respuesta del gobierno de Ada Colau no ha tardado en llegar en boca de Gerardo Pisarello. Ha sido el primer teniente de alcalde de Barcelona quien ha defendido que la exposición temporal pretende generar una "reflexión" sobre esta dictadura y que la población sea consicente de los años que se vivieron en nuestro país.
"Rompe un vacío moral, un silencio entorno a lo que significó el franquismo", ha sostenido en declaraciones a los periodistas sobre la exposición, titulada 'Franco, Victoria, República' y que mostrará una estatua ecuestre de Francisco Franco y también la 'Victoria', que estuvo situada en la confluencia entre paseo de Gràcia y la avenida Diagonal.
Ha señalado que "no sólo sirve para una reflexión acerca de lo que significó el franquismo, sino sobre su impunidad", y ha señalado que esta puede ser una discusión incómoda porque no se ha abordado el fenómeno adecuadamente.
"Precisamente porque las heridas no están bien cerradas se debe tener esa discusión. Puede ser incómodo, pero se debe tratar el fenómeno", ha subrayado sobre la exhibición, que está lejos de cualquier apología y que lo que pretende es avanzar hacia la reparación, en palabras de Pisarello, que ha recordado que la estatua de Franco no tiene cabeza.
Ha insistido en que el debate puede resultar incómodo porque la gestión de la dictadura ha sido absolutamente deficiente, según él, y ha apostado por "confrontar la ciudad ante sí misma para ver las razones de la impunidad", como han hecho otras urbes europeas, entre las que ha citado Berlín.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios