El retiro de Ali en el santuario 'Cielo de los luchadores' antes de derrotar a Foreman en 1974

  • Editan el reportaje de Peter Angelo Simon sobre los entranemientos del boxeador antes de viajar a Zaire para intentar recuperar el trono ante George Foreman.
  • Ali se retiró con sus padres y cuerpo técnico a una zona idílica de Pensilvania donde había diseñado un complejo de 18 cabañas rústicas en un bosque.
  • El lugar, bautizado como 'Fighter's Heaven', fue luego un hotel rural y ahora está a la venta por 413.000 euros. Conserva el dormitorio, el gimnasio, la cocina...
Muhammad Ali sonríe durante una sesión de entrenamiento
Muhammad Ali sonríe durante una sesión de entrenamiento
© Peter Angelo Simon / Reel Art Press
Muhammad Ali sonríe durante una sesión de entrenamiento

"Los combates se ganan o pierden sin testigos, tras las línea del frente: en el gimnasio, corriendo en los caminos, mucho antes de que yo me ponga a bailar bajo todas esas luces". El boxeador Muhammad Ali (1942-2016) siempre sostuvo que eran los entrenamientos el lugar donde las peleas eran diseñadas para el triunfo o la derrota. Cuando en 1974 se preparaba para regresar a la gloria, con la velocidad y los reflejos prodigiosos del pasado mermados por la edad (32), puso en práctica de nuevo su teoría: se retiró a un complejo de rústicas cabañas de madera en los bosques.

El libro Muhammad Ali: Fighter's Heaven 1974 (Muhammad Ali: Cielo de los Luchadores 1974) reúne por primera vez una antología de las fotos del mejor boxeador de la historia durante sus entrenamientos en el santuario edénico que él mismo había diseñado —un complejo de 18 construcciones tradicionales en la zona de Deer Lake, en el estado de Pensilvania—. El reportero Peter Angelo Simon fue de los pocos que obtuvo pleno acceso al lugar: Ali no puso ninguna condición excepto la duración de la estancia, dos días.

Ocho kilómetros diarios

Los días 11 y 12 de agosto Simon disparó 33 rollos de película fotográfica en blanco y negro del mundo privado del atleta, una de las estrellas del deporte más carismáticas, queridas y polémicas del siglo XX. El reportero supo sacar partido a la intimidad que le concedían y retrató al boxeador en una mecedora, haciendo carreras de ocho kilómetros diarios, de madrugada y por caminos rurales, descamisado y refrescándose, conversando con sus padres, descendientes de negros secuestrados en Madagascar y llevados a los EE UU para trabajar como esclavos, y su tía Coretta, a la que adoraba...

"Estaba sorprendido por lo que descubrí en Deer Lake", dice el fotógrafo en unas declaraciones distribuidas por Reel Art Press,  la editora del libro [176 páginas y un PVP de 29,95 libras esterlinas]. "En el campamento reinaba un aire de alegría y creatividad (...) Ali prepara su cuerpo con un entrenamiento físico muy riguroso, pero el ambiente agradable y doméstico era claramente esencial para el alimento de su alma. Todo lo que vi era parte de la fórmula imaginativa de Ali para el éxito", añade Simon, que recuerda las sesiones de lecturas de poesía, la inviolable ceremonia del té a las cinco de la tarde, las grandes rocas de las inmediaciones en las que el boxeador había pintado los nombres de los rivales más encarnizados con los que se había medido en el ring.

El ensayo del 'rope-a-dope'

Acaso el reportero no fue consciente de lo más revolucionario que tuvo frente a la cámara: Ali practicando en el gimnasio de Fighter's Heaven la asombrosa táctica del rope-a-dope (asumir una posición de protección desde la inmovilidad, desgastar al contrario y esperar el momento justo para un ataque fulminante) que puso en práctica, el 30 de octubre del mismo año, cuando derrotó en Kinshasa (Zaire) a George Foreman en uno de los combates más intensos de todos los tiempos, el conocido como Rumble In the Jungle, que Ali ganó por noqueo en el octavo asalto.

Rodeada de una expectación nunca antes despertada por ninguna pelea de boxeo y con el público de Zaire acuñando un grito que se convertiría en mítico —Ali, Bomaye (Ali, mátalo)— el boxeador que antes se llamó Cassius Clay, cambió de nombre al convertirse en musulmán, ejerció el derecho a la objeción de conciencia en 1967, negándose a ser alistado para pelear en Vietnam, fue condenado a cinco años de cárcel —pagó una multa sustitutoria— y le retiraron el título de campeón mundial de los pesos pesados, advirtió en días previos al combate que traía sorpresas preparadas.

'Asesiné a una roca y hospitalicé a un ladrillo'

Lo explicó con imágenes figuradas que calaron con fuerza entre los politeistas africanos: "Traigo algo nuevo para esta pelea. Luché con un cocodrilo, forcejeé con una ballena, esposé a un rayo y encarcelé a los truenos... La semana pasada asesiné a una roca y hospitalicé un ladrillo... Soy tan malo que hago enfermar a la medicina".

Las fotografías de Fighter's Heaven 1974, la mayoría inéditas, no solo muestran al "fascinante personaje" de Ali en un tono "franco, reflexivo, centrado y con gran determinación personal", dicen los editores. También dan la idea exacta de la seriedad y la "profunda disciplina" que ponía en la preparación, tanto física como mental. "Pocos fotógrafos llegaron tan cerca de la persona y el boxeador tras la leyenda", resumen.

El 'santuario', a la venta

El campamento rural, que Ali había diseñado personalmente en 1972 en un terreno de 20.000 metros cuadrados, fue comprado unos años más tarde por una pareja, que instaló en el lugar un bed and breakfast. El complejo, que tiene una gran vivienda central, 18 pequeñas cabañas, gimnasio, una cocina y conserva prácticamente intacto el dormitorio de Ali, está actualmente a la venta por 413.000 euros.

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