Fue la Fiscalía de Jaén la que nada más conocer la sentencia solicitó la entrada en prisión inmediata del condenado y sin esperar a que se resuelva el recurso de casación interpuesto por la defensa ante el Tribunal Supremo (TS).

Este miércoles la Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha celebrado la vistilla en la que las partes se han pronunciado sobre esta petición de ingreso en prisión.

Finalmente, el tribunal ha decidido no acordar el ingreso en prisión en tanto en cuanto, según han informado fuentes judiciales a Europa Press, todavía no hay una sentencia firme y hay un recurso en el Supremo pendiente de resolverse. Además, la defensa ha argumentado que E.J.G.O. está localizable, no hay riesgo de fuga y necesita seguir trabajando para mantener a sus dos hijos.

La Audiencia ha acordado también la retirada del pasaporte y la comparecencia judicial del acusado cada semana. Con esta decisión, E.J.G.O. podrá esperar en libertad el pronunciamiento del TS.

La sentencia de la Audiencia de Jaén condenaba también a E.J.G.O. 15 años de prohibición de acercamiento y comunicación por cualquier vía o medio con la víctima, y le prohibía también otros 13 años de residencia y entrada en Linares (Jaén). Además, se le reclama 15.000 euros de indemnización para la menor por los daños morales ocasionados.

NEGÓ LOS HECHOS EN EL JUICIO

El acusado negó los hechos en su declaración ante el tribunal y dijo en el juicio celebrado el pasado 4 de julio no entender los motivos que han llevado a la menor a realizar la acusación. "Eso es mentira. No se por qué se lo ha inventado", dijo E.J.G.O respondiendo a las preguntas del Ministerio Fiscal.

Según Fiscalía, las agresiones sexuales se produjeron desde que la menor tenía siete años y se prolongaron hasta que la menor estaba a punto de cumplir los 14 años.

El Ministerio Público recogió que las agresiones comenzaron en 2006, cuando la menor tenía siete años y el acusado "comenzó con ánimo libidinoso y de satisfacer sus deseos sexuales" a someter a la pequeña a numerosos tocamientos.

La menor vivía con sus abuelos durante toda la semana y era los fines de semana cuando se trasladaba a vivir con el acusado y su madre. El acusado, con la excusa de bañar a la menor, aprovechaba estos instantes para someter a la niña a tocamientos.

La resistencia de la menor, la superaba dándole "pescozones" o sujetándola fuertemente por los tobillos para evitar que la niña cerrara las piernas.

La voz de alarma la dio la menor a los siete años cuando dijo a su abuela que no quería que la bañara más el acusado. Y aunque la madre de la niña le pidió que dejara de hacerlo, E.J.G.O., "aprovechaba siempre que la madre de la menor no estaba en la casa o estaba acostada" para "seguir realizando tocamientos a la menor de forma continua".

DECLARACIÓN A PUERTA CERRADA

La declaración de la menor ante el tribunal se realizó a puerta de cerrada. Mientras que la madre dijo en el juicio que creía a su hija "a pies juntillas" porque "la niña no es mentirosa". También los abuelos de la menor se pronunciaron en el mismo sentido.

Fue una carta de la menor a su tutora en marzo de 2014 la que levantó el caso. En dicha carta justificaba su bajón en el colegio y la llegada de los suspensos por los supuestos abusos sexuales de los que estaba siendo víctima. En dicha carta apuntaba a la pareja de su madre como el presunto autor de las agresiones sexuales.

La madre de la menor tiene un hijo con el acusado, aunque a raíz de la denuncia de la niña finalizó su relación sentimental con el ahora condenado.