Melania Trump, la exmodelo eslovena que busca ser una primera dama tradicional

La esposa del precandidato presidencial republicano Donald Trump, Melania, habla en la apertura de la segunda sesión del primer día de la Convención Republicana. Melania ha sido 'cazada' por varios medios estadounidenses que dicen que su discurso puede ser un plagio de otro pronunciado por Michelle Obama en 2008.
La esposa del precandidato presidencial republicano Donald Trump, Melania, habla en la apertura de la segunda sesión del primer día de la Convención Republicana. Melania ha sido 'cazada' por varios medios estadounidenses que dicen que su discurso puede ser un plagio de otro pronunciado por Michelle Obama en 2008.
Michael Reynolds / EFE
La esposa del precandidato presidencial republicano Donald Trump, Melania, habla en la apertura de la segunda sesión del primer día de la Convención Republicana. Melania ha sido 'cazada' por varios medios estadounidenses que dicen que su discurso puede ser un plagio de otro pronunciado por Michelle Obama en 2008.

Melania Trump sería una primera dama indudablemente atípica, la segunda nacida fuera de EE.UU. y una de las pocas exmodelos, pero sin embargo busca desempeñar el papel de la manera más tradicional posible si su marido, "Donald", gana las elecciones de noviembre.

De 46 años e imponente belleza, Melania es la antítesis del magnate en cuanto a personalidad se refiere: es extraordinariamente discreta, siempre mantiene un tono sosegado y evita a toda costa verse involucrada en polémicas.

En la incendiaria campaña de Donald Trump, con quien se casó hace once años, se ha mantenido lo más alejada posible de los focos, cediéndole el protagonismo a Ivanka, hija del primer matrimonio del multimillonario y una de sus principales asesoras.

Por eso es tan sorprendente que ahora, cuando todos los focos están puestos en la Convención Republicana de Cleveland (Ohio), ella sea el inesperado centro de la polémica por el supuesto "plagio" del discurso de Michelle Obama en la Convención Demócrata que en 2008 designó a Barack Obama candidato a la Casa Blanca.

Discreta y hogareña

Con la cautela que la caracteriza, Melania ha dejado que sea la campaña de Trump quien salga a defender la autenticidad de sus palabras y se ha limitado a publicar el comunicado oficial en su cuenta de Twitter, en la que no escribía desde abril.

Consciente de la imagen dura que proyecta su marido, ella misma había pedido pronunciar un discurso para mostrar el lado más humano de "Donald", al que describe como un hombre "muy preocupado desde siempre por su país" y al que ha visto "luchar durante años sin rendirse".

Midiendo al máximo sus palabras, todo lo contrario a lo que acostumbra a hacer su marido, Melania se ha presentado en las escasas entrevistas que ha concedido como una mujer devota de su familia y que mantendría un papel muy tradicional si llegara a ser primera dama.

Su "causa" -todas las primeras damas han tenido una- serían "los más necesitados, sobre todo las mujeres y los niños", pero reservaría tiempo para dedicarse al único hijo del matrimonio, Barron, de 10 años, y a apoyar a su marido.

Extranjera casada con xenófobo

Para muchos es una paradoja que Trump, un candidato que ha escandalizado fuera y dentro del país con su retórica xenófoba y ultranacionalista, pueda llevar a la Casa Blanca a la única primera dama nacida fuera de EE.UU. desde la esposa del expresidente John Quincy Adams (1825-1829), que era británica.

Melania Knauss creció en un modesto apartamento de un pueblo cercano a Sevnica (Eslovenia), que entonces formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), disuelta en 1992 con la Guerra de los Balcanes.

Tras comenzar su carrera de modelo en Milán y París, se mudó a Nueva York en 1996. Cinco años más tarde obtuvo la residencia permanente y, en 2006 se naturalizó estadounidense.

Ese es un momento de su vida que recordó, entre una gran ovación, en su discurso en la convención. No se extendió sobre sus orígenes como inmigrante, pero sí recalcó los valores de esfuerzo y honestidad que le inculcaron sus padres.

En otras ocasiones, cuando se le ha preguntado qué opina de los comentarios de su marido sobre los inmigrantes, ha subrayado siempre la diferencia con quienes llegan a Estados Unidos de manera irregular: ella siguió "las reglas", respetó "la ley".

La primera dama que posó desnuda

Melania es extremadamente cuidadosa a la hora de hablar sobre su vida matrimonial con Trump, a quien conoció en una fiesta de la Semana de la Moda de Nueva York en 1998.

Trump no ha reaccionado aún a la polémica del supuesto plagio, pero está "furioso", según explicaron fuentes de su entorno a medios estadounidenses.

Cuando un grupo afín al senador Ted Cruz usó en un anuncio de campaña una foto de un posado desnudo de Melania en el año 2000 para la revista GQ, Trump salió en tromba contra su entonces rival de primarias y retuiteó un mensaje de un seguidor que comparaba una fotografía poco favorecedora de Heidi Cruz, con otra más agradecida de su esposa.

Melania no sería la primera exmodelo en la Casa Blanca, porque Pat Nixon y Betty Ford también lo fueron, pero sí la primera en haber posado desnuda y la única tercera esposa de un presidente. Como a ella le gusta decir, nada es convencional cuando se trata de Donald Trump.

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