Madrid tendrá un quinto contenedor, de color marrón y para residuos orgánicos

  • La experiencia piloto arrancará a finales de año o principios de 2017 entre grandes productores de residuos. 
  • Se probará en barrios de Chamberí, Tetuán, Moncloa, Ciudad Lineal, San Blas, Hortaleza, Puente de Vallecas, Arganzuela y Carabanchel. 
  • Se trata de un hito del novedoso modelo de recogida que impulsa el Ayuntamiento de Madrid dentro del nuevo contrato de recogida de residuos. 
Un cubo lleno de bolsas de basura en una calle de Madrid.
Un cubo lleno de bolsas de basura en una calle de Madrid.
JORGE PARÍS
Un cubo lleno de bolsas de basura en una calle de Madrid.

Madrid tendrá un quinto contenedor, de color marrón y para la recogida separada de la basura orgánica, una experiencia que arrancará a finales de año o principios de 2017 entre grandes productores de residuos y como experiencia piloto en barrios de nueve distritos (Chamberí, Tetuán, Moncloa, Ciudad Lineal, San Blas, Hortaleza, Puente de Vallecas, Arganzuela y Carabanchel).

Se trata de un hito del novedoso modelo de recogida que impulsa el Ayuntamiento de Madrid dentro del nuevo contrato de recogida de residuos, que pasará por Junta de Gobierno este jueves para su valoración y aprobación, ha avanzado la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, a Europa Press.

Lo ha hecho después de destacar el camino paralelo que tiene que recorrer este contrato y el Plan de Prevención y Gestión de Residuos en el que trabaja el Ayuntamiento para el medio y largo plazo, con el horizonte puesto en el año 2020, ejercicio en el que se espera conseguir una reducción del 20% en generación de basura. Sabanés defiende que Madrid "necesita un cambio muy claro" en lo que a residuos se refiere para ir a una ciudad "más ordenada, más austera y recicladora".

El Consistorio camina hacia ese modelo con este nuevo contrato, incardinado en el Plan de Gestión de Residuos, que incorporará por fases el aterrizaje del contenedor marrón, primero entre los grandes generadores de residuos, como hoteles y restaurantes, y en barrios de nueve distritos. Progresivamente se iría implementando a lo largo de 2018 o incluso un poco antes para acabar extendido por toda la ciudad al final de la legislatura o al menos al máximo de distritos posibles.

La idea del Ayuntamiento pasa por "incrementar la recogida selectiva y que sea de calidad" ya que el compost que ahora se consigue en la planta de Valdemingómez "tiene poca aplicación y calidad porque está muy mezclado con mucho resto".

La recogida específica de cartón comercial también se incluye en el contrato de gestión de residuos, además de los contenedores de vidrio comercial. Todo ello irá acompañado por campañas de información y concienciación.

Además el nuevo contrato supone la llegada de nuevos camiones de basura, como los adquiridos por el Ayuntamiento, un total de 109. Están ya en producción para que cuando comience el contrato, el próximo 1 de noviembre, puedan estar operativos en la ciudad. Una vez que finalice el contrato, Madrid tendrá estos vehículos más los que incorporen las concesionarias, y todos con una "vida útil".

El contrato de gestión de residuos se licitará —tras publicarse el anuncio en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado marzo— por un tiempo de cuatro años, más una prórroga de dos, un plazo adecuado, en palabras de Sabanés, para evaluar los objetivos marcados con el quinto contenedor y poder "corregir, evaluar, modificar o tomar las decisiones que convengan en la gestión".

Reconversión de contratos eventuales a fijos

"Queremos un contrato equilibrado y sin hipotecas, que pueda permitir marcar directrices para los próximos años", ha defendido la delegada. Con el contrato se busca "un cambio de modelo con la recogida selectiva" sabiendo que este proceso "lleva su tiempo".

Será el primer gran contrato que incluirá las cláusulas sociales, que incorporan la subrogación de los 1.954 empleados y el fomento de la estabilidad, de forma que "se va a primar la reconversión de los contratos eventuales a fijos".

La decisión de no remunicipalizar el servicio tiene que ver directamente con el mantenimiento de la plantilla, unido a "la complejidad normativa y a algunos riesgos". Todo ello lleva al Ayuntamiento a este contrato de licitación con cláusulas sociales "primando el empleo y no cerrando el futuro a cualquier evaluación de cambio y transformación que se pudiera hacer, de ahí los plazos que tiene". Sabanés ha destacado que se ha hablado y se seguirá haciendo con los sindicatos.

El precio de licitación se aprobará en la Junta de este jueves pero ya en el anuncio en la Unión Europa se establecía un tope para estos cuatro años prorrogables por dos más a un valor máximo de 1.250 millones de euros.

Concurrencia auspiciada por la UE

En enero de 2015 la Comisión Nacional de la Competencia informó de conductas irregulares entre empresas para repartirse licitaciones. Meses antes, con un gobierno del PP, el concurso para una de las zonas de este contrato quedó desierto cuando fue licitado. Preguntada sobre si teme un potencial 'boicot' ahora, Sabanés ha contestado que no porque es un "contrato equilibrado".

También ha aclarado que la licitación tendrá una primera fase y luego una posibilidad de incremento, que podría alcanzar el 40% en la medida que se va ampliando la recogida selectiva y la mejora de la recogida en general.

La delegada ha defendido que las condiciones que marcan las cláusulas sociales "favorecen la concurrencia, que es el mandato claro que establece la Unión Europea". Y es que, más allá de lo que quisiera hacer el Ayuntamiento, la Unión Europea "pone pegas a contratos que no sean divididos en lotes" -el que sale a licitación lo está en tres- y centra su atención en que "no se limite la concurrencia".

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