"Pionero en España y en Europa". Así ha presentado este martes la Junta de Andalucía su plan para la eliminación progresiva del amianto en los 220 centros educativos de la comunidad que presentan en sus infraestructuras este tipo de material, declarado en 1978 por el Parlamento europeo como "elemento cancerígeno laboral". El programa, que contará con un presupuesto de 60 millones de euros, se desarrollará en dos fases.

La primera, entre 2016 y 2020, tendrá como objetivo la elaboración de un registro de instalaciones y la retirada del amianto en algunos centros. Durante la segunda etapa, en 2021 y 2022, se concluirán las labores de eliminación en las instalaciones afectadas. En total, la Junta ha contabilizado 220 centros educativos en la región (el 3% del total) que podrían tener materiales con contenido de amianto, estando ubicado la mayor parte (el 95%) en las cubiertas de los colegios e institutos.

El Gobierno andaluz ha insistido en que actualmente la ley "no obliga" a retirar estos materiales, prohibidos para la construcción desde el año 2002. Y recuerda que desde las instituciones europeas se ha establecido 2028 como el año en el que todos los países deben poner en marcha planes de acción nacional. "Andalucía se sitúa así muy por delante del conjunto de España y de la Unión Europea", ha recalcado el Ejecutivo autonómico.

Hasta la fecha, la Junta ya ha actuado en 54 centros educativos de la comunidad. Y este verano lo hará en otros 30, donde "se constata riesgo de desprendimiento de fibras". En todos los casos, se seguirán "criterios técnicos" para el orden de actuación, mientras que los trabajos se realizarán durante las vacaciones estivales "para no alterar el calendario escolar".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala respecto a este material que "la exposición al amianto provoca distintas enfermedades, como cáncer de pulmón, mesotelioma y asbestosis (fibrosis pulmonar), así como placas, engrosamientos y derrames pleurales. También se ha demostrado que provoca cáncer de laringe y, probablemente, otros tumores malignos".

Las familias cuyos hijos estudian en centros afectados llevan tiempo reclamando su eliminación, como es el caso de la Plataforma Málaga Amianto Cero. Aún así, la Junta ha insistido en que este mineral "solo es peligroso cuando se rompe o cuando se manipula para retirarlo. La mera presencia de fibrocemento no debe ser motivo de alarma para la comunidad educativa".