Juan Castaño es un alburquerqueño que trabaja cada día por conseguir su sueño: llegar a tener un museo.

Desde pequeñito este fontanero, hoy jubilado por problemas de salud, se ponía nervioso cada vez que veía a un chatarrero. Miraba atónito cada utensilio que éste portaba, aunque para el resto de la gente no fueran más que objetos que se habían quedado viejos y obsoletos, para Juan eran pedacitos de nuestra historia.

A pesar del paso del tiempo Juan seguía siendo amante de las cosas que forman parte de nuestro pasado. Por ello hace más de 15 años comenzó a comprar con sus ahorros de toda la vida aquellos utensilios antiguos que encontraba y restauraba.

Una colección peculiar

En su extensa colección hay un poco de todo: cuadros del siglo pasado; muebles; herraduras; balas de cañones; utensilios de cocina; matanza y labranza; de zapateros y dentistas; discos de cartón; instrumentos musicales; zapatos de posguerra y un millar de vestigios históricos, algunos de los cuales acabaría donando gentilmente a diferentes museos extremeños.

Poco después Juan encontraba un marco incomparable para poder exhibir todo esto, La casa de la Enfermería o del Cordón, una vivienda utilizada por la orden de los Franciscanos en la Época Medieval, a los pies de Castillo de Luna de Alburquerque. De esta forma comenzaba a cumplirse la ilusión de este alburquerqueño de nacimiento, así surgía La Casa Etnográfica Juan Castaño.

Una vivienda de dos plantas que ofrece al visitante un viaje de retorno al pasado. Cada elemento es auténtico, aquí no hay lugar para las imitaciones, y tiene, por lo menos, dos siglos de historia, lo que nos ayuda a transportarnos a otro tiempo y a entender el modo de vida de la gente de aquella época. Tan conocida ha llegado a ser esta casa que algunos de los cientos de elementos expuestos en ella formaron parte del decorado de un cortometraje sobre Carlos V.

Cada día Juan limpia, prepara y cuida todos y cada uno de los objetos que consiguió con tanto esfuerzo y dedicación. Ha empleado toda su vida y su dinero en hacer realidad su sueño. Quizás todavía no posea ningún museo, pero sin embargo tiene una de las casas etnográfica más importantes de la región extremeña.

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