Invasiones alienígenas 'low Cost'

  • Antes de 'Independence Day' (1996), las películas sobre invasiones extraterrestres eran sobre todo de serie B, con presupuestos muy bajos.
  • 'Independence Day: Contraataque' ha costado casi 150 millones de euros.
  • El tema ha dado clásicos tan emblemáticos como 'La invasión de los ladrones de cuerpos' o 'Invasores de Marte'.
Póster de 'La invasión de los hombres del espacio' de 1957
Póster de 'La invasión de los hombres del espacio' de 1957
AIP
Póster de 'La invasión de los hombres del espacio' de 1957

Hace 20 años, Independence Day marcaría una pauta, la de invertir enormes presupuestos en las películas de ciencia-ficción de temática de invasiones extraterrestres. Costó 67 millones de euros, y su secuela Independence Day: Contraataque, estrenada el pasado 1 de julio en nuestros cines, sigue fiel al concepto de superproducción. Su presupuesto ha sido de 148 millones. El género, que tuvo su auge en los años 50, casi siempre se había mantenido hasta entonces en los márgenes de la serie B, con presupuestos bajos e intérpretes poco conocidos.

Puede que los guiones e interpretaciones sigan siendo aún de serie B, pero títulos recientes como Battleship o Cowboys & Aliens han mantenido esa ambición de presentarse como una gran superproducción en la que no se han escatimado medios. En cambio, otros cineastas han debido apañárselas como antaño. Este mismo año se estrenó La quinta ola materializada con 31 millones; una inversión considerable, aunque muy por debajo de la media de una superproducción.

Una cifra similar, 27 millones, costó La hora más oscura (The Darkest Hour, 2011), con un grupo de jóvenes norteamericanos de turismo por Moscú que deberán sobrevivir a la amenaza de seres de otra galaxia nada amistosos. En Skyline (2010) Después de una noche de juerga en un rascacielos de Los Angeles, otro grupo de jóvenes se despertaba con severos dolores de cabeza, no causados por la resaca, sino por otra invasión extraterrestre que engulle a los habitantes de la Tierra. El presupuesto fue de entre 9 y 18 millones.

Los británicos se lo toman más a guasa. Bienvenidos al fin del mundo (The World's End, 2013) convertía una aparentemente inocente y costumbrista reunión de amigos cuarentones para recordar sus tiempos de juventud, un via crucis alcohólico de pub en pub, que terminaba con el sorprendente descubrimiento de que no solo habían sido ya invadidos por alienígenas que usurpaban nuestras identidades, sino que además la sociedad que estos instauraban era incluso mejor que la nuestra. Costó 20 millones. La irlandesa Grabbers con apenas 4,5 millones de euros también se centraba en los beneficios de la ingesta de alcohol; sus criaturas invasoras en una pequeña población pesquera eran capaces de arrasar con todos, pero no parecían tolerar nada bien a los humanos que habían consumido bebidas etílicas, los únicos que se salvaban.

En España uno de los ejemplos más recientes ha sido Extraterrestre, dirigida por Nacho Vigalondo. Apenas supuso un millón de euros de inversión. En ella Julio (Julián Villagrán) despierta un día junto a la mujer de sus sueños, Julia (Michelle Jenner) solo para corroborar la mala fortuna que le persigue, pues justo en ese momento un enorme OVNI está causando estragos en la ciudad.

Volviendo a la ciencia-ficción de los 50, los nuevos descubrimientos en temas espaciales y las paranoias y temores, en gran parte causadas por la Guerra Fría, a ser invadidos, sometidos o destruidos por una civilización distinta agudizaron la imaginación de cineastas que crearon pequeñas grandes obras del género. Unos ejemplos, la norteamericana Vinieron del espacio (It Came from Outer Space, 1953) o Los invasores de otros mundos (Target Earth, 1953); la curiosa Monstruos de piedra (The Monolith Monsters, 1956) en la que, literalmente, los invasores se materializaban en rocas; o la más cutre Adolescentes del espacio exterios (Teenagers from Outer Space, 1959). En cuanto a Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Stil, 1951), la irrupción de los visitantes tenía fines pacifistas y de advertencia.

Con intenciones muy hostiles

Los británicos también supieron sacarle jugo al tema, y por pocas libras, durante los 50 y 60. El ojo. La criatura de otro mundo (The Trollenberg Terror, 1958), La semilla del espacio (The Day of the Triffids, 1963) o ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass 3), Radiaciones en la noche (Night of the Big Heat) y Los invasores de otros mundos (They Came from Beyond Space) , todas ellas fechadas en 1967.

Los 80 y 90 generó sus títulos casposos de culto como la saga Critters (1986 - 1992), que buscaba recoger algo del éxito de los Gremlins; Los payasos asesinos del espacio exterior (1988), en la que no hace falta más sinopsis para saber de qué iba o la vertiente más gore de los inicios de Peter Jackson con los alienígenas que se pirran por los cerebros humanos, no por su inteligencia sino sabor, en Mal gusto (Bad Taste, 1987). El especialista en género fantástico John Carpenter realizó Están vivos (They Live, 1988) y Robert Rodriguez plasmó su particular visión low cost del clásico de La invasión de los ladrones de cuerpos mezclado con las siempre difíciles relaciones entre alumnos y profesores en The Faculty (1988).

No podía faltar Plan 9 del espacio exterior (Plan 9 from Outer Space, 1959), la película más icónica de Ed Wood, considerado "el peor director de todos los tiempos", y en la que es también valorada, ya de manera mítica, como "la peor película jamás hecha". Las invasiones alienígenas revueltas con personajes propios del cine de terror, zombis, vampiras... Efectos visuales (escasos) de pacotilla y, en resumen, un delirio tan infumable como simpático.

8 títulos imprescindibles

Attack the Block (2011). Un grupo de jóvenes delincuentes de un barrio marginal londinense salvando a sus ciudadanos. ¡Hay que defender el territorio! También le valdría a su protagonista, John Boyega, ser elegido para encarnar a Finn en El despertar de la fuerza. Costó 11,6 millones de euros.

El enigma de otro mundo (1951) / La cosa (1982). Bastaba con un solo alienígena, en una remota base en la Antártida, para crear la sensación de amenaza mundial en esta claustrofóbica historia. John Carpenter, ya con bastante más presupuesto, realizó un recordado remake en 1982 que se convirtió en otro clásico del género y con más dosis gore.

El pueblo de los malditos (1960). En apenas hora y cuarto, y sin prácticamente efectos especiales, un clásico magistral y de referencia, en la que después de un extraño suceso, en el que el tiempo parece haberse detenido, las mujeres de una pequeña localidad darán luz a unas dulces criaturitas rubias. La novela de John Wyndham también dio lugar a otro remake, de 1995, dirigido por Johon Carpenter.

Invasores de Marte (1953). Uno de los grandes clásicos del género de los años 50. Una pequeña localidad norteamericana, una invasión silenciosa y todo a través de los ojos de un niño. Tobe Hooper, director de Poltergeist o La matanza de Texas, realizó un remake en los 80.

La invasión de los hombres del espacio (1957). Risible incluso para el momento de su estreno; pero el aspecto de los invasores, hombrecillos verdes con enormes cabezas, marcaría un antes y un después.

La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) / La invasión de los ultracuerpos (1978). Aunque adaptada varias veces, la novela de Jack Finney inspiraría dos obras maestras del género, en los 50 y en los 70, con otra invasión sigilosa, sin recurrir a aparatosas batallas. Inolvidables las secuencias con las famosas vainas en cuyo interior se reproducen las copias de los cuerpos humanos.

La Tierra contra los platillos volantes (1956). La película emblemática en materia de OVNIS de los 50, y cuyas imágenes de naves extraterrestres asediando el Capitolio o la Casa Blanca sirvieron de inspiración para Independence Day.

Monstruoso (Cloverfield, 2008). Con J.J. Abrams en la producción, la técnica del found footage (metraje encontrado y falso documental), el presupuesto low cost y la temática de invasiones en una de las escasas obras significativas del género en los últimos años. Costó 22,5 millones de euros.

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