Los médicos de familia no dan abasto para atender a todos sus pacientes, cada vez emplean más tiempo en solucionar problemas burocráticos y los centros de salud se saturan de forma crónica. Entre expedición de recetas, puesta al día de historiales clínicos y resto de papeleo, un facultativo pierde una hora de su jornada diaria en gestión administrativa, según la Plataforma Diez Minutos.

Sólo con que pudieran disponer de ese tiempo para ver enfermos, los facultativos de atención primaria podrían atender cada día a una media de ocho a diez pacientes más (a los que en la actualidad ni siquiera se les llega a dar cita).

La expedición de recetas es el papeleo que más tiempo se lleva, pues un mismo médico puede llegar a prescribir en un día más de 100. «Hay que resolver este asunto porque estamos casi como a mediados del siglo xx, haciendo las recetas a mano y una por una», señala el presidente de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), Salvador Tranche. Para él, la mejor solución son las recetas electrónicas. El médico hace recetas para varios meses y son las farmacias quienes dispensan los medicamentos y controlan las prescripciones.

También retrasan la atención diaria a los pacientes los certificados y los procedimientos que exigen que un inspector les dé el visto bueno. Éste puede ser el caso, por ejemplo, de las medias de descanso para las varices. Para evitar retrasos en las consultas, los médicos piden que todo este papeleo se derive a otros departamentos.

No es prioritario

Desde el punto de vista de los facultativos, «el problema de las recetas está en que no son competencia de las comunidades autónomas, y para el Ministerio de Sanidad ésta no es precisamente una de las prioridades».

La solución: recetas electrónicas

«La receta electrónica es una necesidad urgente». Chelo Arranz es médico de atención primaria en el centro de salud de Otero, en Oviedo, y calcula que pierde aproximadamente el 25% de su horario de consultas (cuatro horas) en el papeleo. «La mayoría de los pacientes que necesitan prescripciones son mayores o enfermos crónicos y es absurdo que tengamos que volver a hacer la receta para un tratamiento de seis meses o un año. Es una cuestión de mala gestión», explica Arranz.

Las claves

Mínimo, 10 minutos: Es lo que piden los médicos para cada uno de los pacientes a los que atienden en su consulta. Muchos centros de salud tienen demoras porque dedicar este tiempo a los pacientes genera esperas.

Visitas a domicilio: Los facultativos de atención primaria piden que haya un servicio para atender las visitas a domicilio urgentes. En muchas ocasiones tienen que dejar su consulta para atender estas llamadas.

El martes, el peor día: El sistema de cita previa ocasiona que los centros de salud de la zona urbana registren las mayores aglomeraciones de pacientes los martes.