Veinte años después Chuck Palahniuk se mete de nuevo con aquellos personajes que le granjearon la fama, los de El club de la Lucha.

Aquellos jóvenes han crecido, los mismos años que han trascurrido desde aquella primera obra, y como dice a 20minutos el propio autor: "Ha sido muy excitante explorar la historia de mis personajes durante estos años y situarlos con sus problemas hoy, en el presente".

Cuenta lo importante que ha sido para la creación de esta segunda parte la relación con editores y artistas más jóvenes: "Ha sido rejuvenecedor convertirme en aprendiz".

El formato elegido: cómic, y francamente resulta tan brutal como cabía esperar de él (y ayudado por las ilustraciones de Cameron Stewart), aunque en ningún caso la intención era cambiar o revolver el mundo de las viñetas.

"Mi trabajo no es cambiar nada. Lo que sí he vivido a lo largo de mi vida es el engranaje social y cómo afecta a la gente. Profesores, políticos y películas me decían lo que tenía que pensar y sentir. Así que lo mío es lo contrario, yo no quiero adoctrinar a mis lectores, sólo entretenerlos".

De sus lectores también habla y claro, aunque niega pensar en ellos cuando escribe: "No tengo que imaginar a mis lectores, he conocido a muchos, los he visto pasar de niños a adultos. Muchos tienen hijos. Y es un placer conocer a gente desde hace veinte años que te lee".

Lo que no ha cambiado en las dos décadas que han trascurrido entre El club de la lucha y el El club de la lucha 2 (Reservoir Books) es esa manera de rechazar que la violencia interesa al ser humano desde siempre: "En la primera parte quise mostrar todo lo que la gente disfruta del conflicto".

Primera parte que tuvo que pelear el editor para poder publicarla, ya que no contaba con el apoyo de nadie. Si hoy un libro donde la gente para evadirse de su rutinaria vida dedicada a trabajar para ganar un dinero que ni siquiera pueden gastar o disfrutar (peor aún) ya es 'duro', hace 20 años era realmente complejo pensar en que se vendiera.

Porque como cuenta el editor al final la pregunta que no puede dejar de hacerse, aunque la obra que tenga entre las manos sea la mejor que haya tenido entre sus manos,  es: ¿comprarán el libro? Y no, no fue un éxito inmediato, pero sí se convirtió en un clásico, que no ha dejado de venderse en todo este tiempo.

Fue además comprado por Hollywood para el cine, y aunque en taquilla tampoco logró algo espectacular, con el tiempo se ha convertido en una película casi de culto.

La violencia, que era lo más difícil de lograr 'vender' en aquella época, del modo que Palahniuk lo planteabay que llevaba implícita una radiografía de demasiadas personas (válida para hoy), sigue siendo el pilar en la segunda parte.

"Presumimos de forma hipócrita de odiar la violencia, pero nos gusta, y tenemos que amarla en secreto por nuestra propia hipocresía. La pregunta es: ¿por qué no aceptamos esa realidad, que la violencia nos gusta, en lugar de negarla?