La capa de ozono de la Antártida se recupera al disminuir su agujero por primera vez

  • La ciencia, la industria y la colaboración entre países ha logrado recuperar el ozono tras prohibir el uso de aerosoles y productos de limpieza con CFC.
  • "Lo que hemos hecho ha puesto al planeta en el camino de la recuperación", explica Susan Solomon, líder de la investigación.
  • La mejora se mantendrá hasta que el agujero se cierre completamente.
Fotografía de satélite del agujero de la capa de ozono, en la Antártida.
Fotografía de satélite del agujero de la capa de ozono, en la Antártida.
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Fotografía de satélite del agujero de la capa de ozono, en la Antártida.

El agujero sobre la atmósfera de la Antártida se ha reducido en más de 4 millones de kilómetros cuadrados desde el año 2000, según una investigación publicada este jueves en la revista Science.

La destrucción del ozono es uno de los mayores problemas para el medio ambiente y, por primera vez, la industria, la ciencia y la unión entre países han logrado reducirlo. Las partículas de los sprays y los productos de limpieza han sido los grandes culpables de la desaparición del ozono en la atmósfera hasta que, en 1987, la mayoría de naciones del mundo firmaron un protocolo en Montreal (Canadá) para prohibir de manera conjunta el uso de productos que contuvieran las partículas dañinas, los llamados clorofluorocarbonos (CFC).

Susan Solomon, investigadora del Massachusetts Institute of Technology(MIT), lidera el equipo científico. Esta científica recibió en 2013 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento precisamente por descubrir la relación de elementos más perjudiciales para la capa de ozono.

"Ahora podemos estar seguros de que lo que hemos hecho ha puesto al planeta en el camino de la recuperación", explica  Susan Solomon.

La luz solar intensa y las bajas temperaturas crean las condiciones óptimas para que el cloro tenga todo el potencial para destruir la capa de ozono. Por eso la Antártida sufre de un gran agujero en la capa y la época de mayor peligro es el verano, alcanzando el pico más alto en octubre.

Al analizar las condiciones en septiembre, el equipo del MIT descubrió que la tasa de aumento del agujero ha disminuido desde hace 16 años.  Una mejora que se produce gracias a la desaparición de los clorofluorocarbonos, utilizados en los aerosoles, aislantes térmicos, productos de limpieza…

“No pensaba que sucedería  tan rápido”, reconoce  Solomon a Science.

El estudio confirma que la reducción del agujero se debe a la disminución del cloro en la atmósfera. Esto augura que la recuperación se mantendrá y el agujero se irá haciendo cada vez más pequeño, aunque la investigadora prevé que el agujero no desaparecerá hasta dentro de varias décadas.

“Ahora vemos que el planeta está respondiendo”, concluye Solomon.

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