Se suspende el juicio de la acusada de desvalijar el patrimonio de su tía abuela

  • El juicio previsto para este martes, 28 de junio, en la Audiencia de Cantabria, por un supuesto delito de estafa ha quedado suspendido por enfermedad de la enjuiciada, una mujer acusada de desvalijar el patrimonio de su tía abuela, de 100 años de edad e interna en una residencia de ancianos de la región.

La sesión se iba a celebrar a partir de las 9.30 horas, y la sospechosa, P.H.M., se enfrenta a una pena de cuatro años de cárcel solicitada por el fiscal.

Según el escrito del Ministerio Público, la víctima disfrutaba de propiedades, ahorros y una situación desahogada con la que se pagaba la residencia en la que vivía.

En concreto, tenía una vivienda en Cabezón de la Sal, un plazo fijo con 18.000 euros y terrenos rústicos valorados en unos 16.800 euros, además de una pensión de viudedad de más de 500. El coste mensual del geriátrico era de 1.240 euros, por la manutención y estancia.

La encargada de disponer de sus cuentas y que figuraba como responsable ante el centro era una sobrina suya, en quien había delegado la administración de sus bienes.

Por su parte, la acusada, residente en Málaga, se trasladó a Cantabria para ponerse en contacto con su tía abuela. Y desde su aparición, la situación cambió, ya que "a base de halagos, zalamas y faltas promesas de atención y cuidados excelentes", P.H.M. obtuvo toda la confianza de la anciana convirtiéndose en su única gestora económica.

"Aprovechando la senectud de la víctima, la sedujo para obtener su confianza convirtiéndose en su única gestora económica", señala e fiscal, para indicar que desde noviembre de 2011 pudo enajenar sus fincas, disponer de sus bienes, vender el piso o sustituir a la sobrina como representante de la anciana en la residencia en la que residía.

Entre otras cosas, obtuvo 9.900 para comprar un coche, otros 5.000 más, vendió el piso y fue disponiendo del dinero obtenido (más de 40.000 euros) hasta que en la cuenta solo quedaron 141 euros y abandonó Cantabria para regresar a Málaga.

Así, la acusada "desvalijó" todo el patrimonio de la anciana, a la que "abandonó a su suerte", ya que desde entonces no pudo sufragar la residencia -donde la siguieron atendiendo "por misericordia"- ni disponer de metálico alguno para sus pequeños gastos individuales.

Requerida por la residencia, la acusada se excusó inicialmente, y después pasó a desoír sistemáticamente las llamadas.

El ministerio fiscal considera los hechos un delito de estafa, por lo que reclama cuatro años de cárcel, multa de 1.350 euros de multa e indemnización a la anciana en 54.900 euros.

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