La abstención hacia Podemos, errores de análisis, el 'brexit'... claves del fracaso de los sondeos

Diferencia entre los escaños que predecían las encuestas y los reales.
Diferencia entre los escaños que predecían las encuestas y los reales.
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Diferencia entre los escaños que predecían las encuestas y los reales.

Ningún sondeo logró pronosticar con certeza el resultado electoral de este 26-J. Todos vaticinaban que Unidos Podemos superaría al PSOE, pero finalmente, aunque con cinco escaños menos que en diciembre, los socialistas se mantienen como la segunda fuerza más votada. Tampoco ninguno auguró que el PP mejoraría tanto sus datos, pasando de 123 a 137 representantes. ¿Qué ha fallado?

Partiendo de que la Ley D'hont y la división en 52 circunscripciones dificulta acertar, no tanto en porcentaje de sufragios como en reparto de escaños, para Narciso Michavila la clave del error está en la abstención de un millón de votantes de la coalición liderada por Pablo Iglesias. "Un millón de personas que nos decían que iban a votar a Unidos Podemos porque el 20-D votaron a Podemos o a Izquierda Unida finalmente no han acudido a las urnas. No se produce el sorpasso y automáticamente el resto sube. Y quien más sube es el que más tiene", explica el presidente de la empresa demoscópica Gad3.

"Se ha producido un 'efecto Almunia', como pasó en el año 2000. Cuando el PSOE firmó un pacto de Gobierno con [Francisco] Frutos hubo un voto moderado que no pasó al PP, se quedó en casa. No creíamos que se volvería a dar pero así ha sido. En diciembre el voto de Podemos era más trasversal, pero con el pacto con IU pasaron al eje de la izquierda", sigue Michavila. La tendencia era a creer que la coalición les beneficiaría pero finalmente han fidelizado el voto menos de lo que se pensaba.

Autocrítica

El presidente de Gad3 asume el fallo y reconoce que no han sido capaces de detectar ese movimiento. "El muestreo está muy bien y el personal de campo es impresionante. Es un fallo de análisis", admite y asegura que "la gente no miente". "La prueba es que clavamos el recuerdo de voto de diciembre", argumenta. "Si te dicen claramente lo que votaron en las últimas, ¿por qué te van a mentir sobre lo que harán mañana?", se pregunta. "Se nos exige una experiencia para intentar atinar al máximo y luego no decir que hemos fallado por el voto oculto o la foto fija", manifiesta.

María Corres, doctora en Ciencias Políticas, no comparte esa apreciación. Ella sí cree que muchos entrevistados no dicen la verdad a la hora de responder a los sondeos, en parte porque no se los toman en serio y en parte por vergüenza a reconocer por qué opción van a apostar: "Es posible que los que han votado finalmente al bipartidismo dijeran que iban a votar a la nueva política". En su opinión, las encuestas preelectorales no han sabido calibrar ese factor, y tampoco han detectado el castigo a Ciudadanos por no haber apoyado al partido más votado en determinadas instituciones. "Hay sitios donde han perdido muchos votos por eso", apunta.

Sobre los sondeos a pie de urna en concreto, las denominadas israelitas, ella remarca que el problema está en el amplio margen de error que presentan: "Cuando oí que era del ±2% supuse que no acertarían". Se trata de encuestas que tienen que estar hechas en cuestión de horas por lo que el número de encuestados no puede ser muy amplio, lo que aumenta esa posibilidad de que su pronóstico no sea certero.  

¿Efecto del 'brexit'?

Tampoco existe unanimidad acerca de si la consulta del pasado jueves en Gran Bretaña ha afectado al resultado electoral en España. "Nadie podía calcular el miedo al brexit. Ha tenido mucho efecto. Ha mejorado el resultado del PP", afirma Corres. "¿La gente vota más pensando en la salida del Reino Unido de la UE, cuando realmente muchos no sabían ni que había un referéndum, o pensando en el colegio de sus hijos?", plantea por su parte Michavila, quien comenta que son aspectos como ese último los que han empujado hasta los colegios electorales a mucho votante conservador que hace seis meses se quedó en casa.

Sin obviar que hacen falta mejoras, en lo que sí coinciden ambos expertos es en que, pese a los errores, estas investigaciones siguen siendo necesarias. "Tienen mucho sentido y defiendo que se hagan hasta el último día. Que en la última semana no puedan publicarse me parece un atraso. Es necesario mantener a la gente informada", reclama la politóloga. "El tema de las encuestas es como la democracia, es el sistema menos malo. Si me dan una alternativa para preguntarle al ciudadano y analizar, la compro", reta el sociólogo.

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