Los ataques durante el debate a cuatro bloquean de nuevo los posibles pactos tras el 26-J

Rajoy (PP), Sánchez (PSOE), Rivera (Cs) e Iglesias (Podemos), en la campaña de las generales de 2016.
Rajoy (PP), Sánchez (PSOE), Rivera (Cs) e Iglesias (Podemos), en la campaña de las generales de 2016.
Mariscal / EFE
Rajoy (PP), Sánchez (PSOE), Rivera (Cs) e Iglesias (Podemos), en la campaña de las generales de 2016.

España vuelve a la casilla de salida. El debate a cuatro de este lunes puso de manifiesto que los partidos políticos se mantienen inmóviles en su estrategia de pactos seis meses después de la victoria electoral del PP el 20-D y tres meses después de que Pedro Sánchez fracasase en su intento de formar un Gobierno alternativo.

"Yo voy a pactar con los españoles", presumió un Mariano Rajoy al que Albert Rivera exigió que asuma "responsabilidades políticas" por la corruppción antes de plantearse cualquier apoyo. "Agradezco la mano del señor Iglesias, pero antes debe soltar la mano del señor Rajoy", zanjó Pedro Sánchez, a quien su propio Comité Federal impidió pactar con Podemos tras los anteriores comicios.

Estas son las dudas, los debates y las estrategias de cada formación a menos de dos semanas de las elecciones del 26-J.

Rajoy carece de aliados

Rajoy insistió en que el resto de partidos le deje gobernar si vuelve a ganar las elecciones. En paralelo, reivindicó una "coalición entre grandes fuerzas moderadas y sensantas" a la que Pedro Sánchez ha dado portazo. El estudio preelectoral del CIS revela que la suma de los escaños del PP con los de Ciudadanos no es suficiente para alcanzar los 176 votos que dan la mayoría absoluta (sumarían 160 según la estimación más optimista). El candidato popular se niega a marcharse para permitir el pacto con los naranja bajo el argumento de que él es el aspirante más votado. Rivera niega que quiera su cabeza, pero pide una "regeneración" del PP cuyos términos no ha terminado de concretar.

Sánchez, ante dos abismos

"Lo bueno es que podemos elegir la forma en la que nos vamos a suicidar: o prestando nuestra abstención para que el PP forme Gobierno, o pactando con Podemos, que se quedará con nuestro electorado". Así resume la situación del PSOE un dirigente crítico. Sánchez lanzó hasta ocho ataques contra Pablo Iglesias por no haber votado a favor de su investidura. El socialista ha admitido que volvería a pactar con Ciudadanos si tuviese oportunidad, pero necesitaría las abstenciones del PP, que se niega, o de Podemos, que rechaza las políticas conservadoras de los de Rivera. Un sorpasso lo cambiaría todo: si el PSOE queda tercero, Susana Díaz tratará de derribar a Sánchez, como informó 20minutos. Una parte del PSOE valora abstenerse a favor del PP para plantear una moción de censura a mitad de legislatura.

Iglesias pide un cambio

Iglesias no deja de recordar la frase que Pedro Sánchez pronunció en el mes de febrero: "Los votantes no entenderían que Pablo y yo no nos pusiéramos de acuerdo". Pese a recibir un portazo tras otro, el candidato de Unidos Podemos no dejó de apelar al acuerdo de izquierdas durante del debate. Incluso negó que el referéndum para la independencia de Cataluña que reclaman sus socios autonómicos de En Comú Podem sea una línea roja. "Yo no me imagino al PSOE diciendo a su gente que han preferido a Rajoy y al PP antes que llegar a un acuerdo con nosotros", recalcó ayer Iglesias sobre su apuesta por un "gobierno de cambio progresista".

Rivera queda en el limbo

Ciudadanos, que aspiraba a ser decisivo en la formación de Gobierno, se quedó lejos de ese objetivo el 20-D y volverá a hacerlo el 26-J, si se cumplen las encuestas. Albert Rivera negó a Rajoy durante su enfrentamiento la "autoridad moral" para regenerar la vida pública y le pidió "no ser un impedimento" para formar un Ejecutivo. Su apuesta principal es un Gobierno "donde puede haber gente del PSOE, del PP y de Ciudadanos".

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