David Hockney presenta 82 retratos de personas sentadas pintados en dos años y medio

  • El idolatrado artista británico, que este año cumple 79, presenta una apabullante colección de retratos de canon clásico de familiares, amigos, colegas...
  • Vibrantes y llenos de vida, son un álbum de las personas con las que el pintor tuvo tratos en los últimos dos años y medio: incluso el mecánico del frigorífico.
  • La Tate prepara para 2017 la mayor retrospectiva nunca organizada sobre quien quizá sea el más apreciado y polifacético artista inglés vivo.
El comediante Barry Humphries en un retrato pintado por David Hockney
El comediante Barry Humphries en un retrato pintado por David Hockney
© David Hockney. Photo: Richard Schmidt
El comediante Barry Humphries en un retrato pintado por David Hockney

En julio de 2017 David Hockney cumplirá 80 años. La ocasión implica una explosiva sucesión de eventos artísticos relacionados con quien acaso sea el pintor inglés vivo más querido, apreciado y aplaudido. El primer capítulo llega de inmediato con una exposición de obra nueva apabullante: 82 retratos realizados durante los dos últimos dos años y medio.

David Hockney: 82 Portraits and 1 Still-life, que exhibirá la Real Academia de Artes de Londres —de la que Hockney es miembro oficial—, es también el regreso de uno de los fundadores del arte pop británico, anterior en varios años al estadounidense, al terreno canónico de los retratos. Las 82 piezas de la muestra —la naturaleza muerta del título corresponde a un día en que el modelo faltó a la cita— son una especie de agenda portátil: el artista muestra a sus amigos, familiares, algún famoso de su círculo de colegas —el comediante australiano Barry Humphries, el pintor John Baldessari—, el ama de llaves de su casa, e incluso el mecánico que fue a repararle el frigorífico.

Tres días de posado, ni uno más ni uno menos

Tras la serie, de una viveza trepidante y un naturalismo directo, hay un método que Hockney mantuvo a rajatabla: pedía el consentimiento al modelo, buscaba un buen momento para la cita y le exigía que posara durante tres días, ni uno más ni uno menos. Empezó casi por casualidad, pintando el retrato de su agente, y se dejó absorber por el proyecto.

La sistemática aplicación de la disciplina es visible en los cuadros, que además son todos de tamaño idéntico (121,9 por 91,4 centímetros), están ultimados en pintura acrílica sobre lienzo y fueron pintados en el estudio de Hockney en Los Ángeles, ciudad californiana en la que reside a tiempo parcial desde hace ya bastantes años y pese a que sigue manteniendo nacionalidad británica y domicilio en Londres.

Notable penetración en la personalidad

Hockney, que describe cada pieza como una "exposición de 20 horas" —el tiempo medio de posado de cada modelo—, pintó a todos los sujetos sentados en la misma silla, colocada contra un fondo neutro. Los cuadros proporcionan una notable penetración en la personalidad de los retratados, además de permitir a Hockney proseguir con su ya larga exploración del género del retrato.

Hockney, dicen desde la Real Academia —que exhibe las obras desde el 2 de julio al 2 de octubre—, "se ha propuesto un reto considerable para completar este gran cuerpo de trabajo". El "profundo interés" de Hockney por la evolución del retrato y su nuevo papel en la historia del arte en el siglo XXI habían llevado al pintor a dedicarse a la creación con gadgets electrónicos como el iPhone. Esta vez regresa a los pinceles y el lienzo.

En 1960 ya era considerado un prodigio

Nacido en Bradford en 1937, Hockney estudió en el Royal College of Art desde 1957 hasta 1962. Su reputación creció con premura y en 1960 era considerado uno de los mejores dibujantes y grabadores de su edad. Continuó evolucionando hacia el estilo que lo hizo famoso y la capital inglesa era un constante estímulo. A pesar de vivir en un contexto social represor —ser gay era ilegal en el Reino Unido— fue en los años sesenta cuando empezó a presentar referencias a su propia homosexualidad.

Considerado por aclamación como uno de los grandes artistas ingleses del siglo XX, Hockney había pasado primera década del siglo XXI en Inglaterra, explorando el paisaje de East Yorkshire donde pasó su juventud. En 2013 volvió a su querida California, donde se siente más a gusto que en la madre patria y donde logró desarrollar, en la decada de los años ochenta, una temática abiertamente homoerótica influida por su traslado a Los Ángeles en 1978. En el Reino Unido se sentía cohibido por la moralina social.

'Continúa cambiando'

No es la única novedad con respecto al artista. La Tate Gallery ha anunciado que en 2017 organizará la mayor retrospectiva nunca antes organizada sobre Hockney. Se celebrará del 9 de febrero al 29 de mayo y se anuncia como una "amplia selección de las obras más famosas de David Hockney" para conmemorar sus 80 años, rendir homenaje a "sus logros en pintura, dibujo, impresión, fotografía y vídeo a través de seis décadas" y constatar que, pese a la edad, "continúa cambiando su estilo y métodos de trabajo" con dinamismo.

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