"¿Que si han bajado los precios?". Tanto Cristina como Alberto, se muestran sorprendidos por la pregunta. Son las 10 de la mañana en el mercado madrileño de San Pascual y apenas se observa gente entre sus pasillos. Muchos están trabajando, pero jubilados como ellos también se cuentan con los dedos de la mano. Por eso, la duda de Cristina retumba con un eco suspendido entre los puestos de alimentación.

Ni ella ni su marido habían escuchado aún que el IPC interanual de mayo vuelve a ser negativo en mayo (-1%) y que desde hace diez meses los precios no suben en España. "Si esa bajada nos afectara estaría bien, pero no es así. En la alimentación, al menos, no notamos esta caída", comenta Cristina tras pagar su compra en una carnicería.

La opinión de esta pareja, ambos por encima de los 70 años, es más que una sensación. Se expresa también en cifras. Según el IPC Senior, un indicador elaborado por IDEA para segmentar el impacto de los precios en las personas de edad avanzada, la inflación en mayo no habría bajado para ellos, sino que habría avanzado incluso un 0,01%.

"Mientras que la población está en un proceso deflacionario, los seniors soportan un proceso inflacionario", explica Jesús Sánchez-Ostiz, profesor de gestión de empresas de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y responsable técnico de este estudio mensual que cruza la estructura de gasto familiar (EPF) que publica el INE con la evolución de los precios.

"Nosotros estamos jubilados y llegamos a fin de mes igual que antes", explica Cristina a pie de mercado. Es la impresión que tiene la mayoría de gente de su edad. El Índice de Confianza del Consumidor del CIS muestra que para el 96,6% de los mayores de 65 años la situación económica de su hogar es peor o igual que hace seis meses. Y más de la mitad de los preguntados alega que la causa es el "alza continua de precios".

El Ejecutivo defiende que la revalorización de las pensiones (un 0,25%, el mínimo que marca la ley) es suficiente porque la inflación es negativa y los jubilados mejoran así su renta disponible. Los autores del IPC Senior difieren del análisis y exponen una "distorsión entre el discurso político y la realidad" porque, si bien es cierto que el IPC interanual lleva 13 meses por debajo del 0,25%, la composición de la 'cesta' de productos difiere según la edad.

Su conclusión principal, tras analizar las cifras, es que las pensiones se han revalorizado un 5,1% desde 2010, pero la cesta de los seniors se ha encarecido un 8,95%. Es decir, en seis años, los mayores han perdido 3,8 puntos de poder adquisitivo.

- Datos del IPC interanual de mayo (INE)

Además, la diferencia del precio de la cesta de la compra entre el Índice General y el Índice Senior se incrementa. De cuatro puntos de diferencia en 2011 (100,4 y 104,5 puntos, respectivamente) a más de seis puntos (103,1 frente a 109,3), lo que supone una merma para los 5,8 millones de hogares en los que viven personas mayores de 65 años.

"A los mayores nos pilla al margen la bajada del IPC general. Perdemos poder adquisitivo porque nuestro consumo se basa en la alimentación y en el transporte", asegura Saturnino Álvarez, vicepresidente de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP). "¿Gasolina más barata? Los mayores apenas conducen, usan más el transporte público urbano y este apenas ha bajado de precios en el último año, un -0,6%", añade.

El principal gasto de los mayores, efectivamente, es la alimentación. Supone un 22,8% del presupuesto de los hogares seniors y en el último año se ha encarecido un 2,1%, especialmente en productos como patatas, aceite,  pescado o fruta. "Hablamos de alimentos básicos en la compras de las personas mayores", añade Álvarez sobre estos hogares que presentan la renta media más baja: un 36,9% ingresa menos de 1.100 euros, según el CIS.

El IPC Senior identifica tres subgrupos de mayores especialmente afectados por la subida de precios: los frágiles, personas con más de 80 años para quienes los precios suben un 0,19%; los seniors extranjeros (+0,10%) y las parejas de más de 65 años sin hijos a cargos (+0%).

Sánchez-Ostiz destaca además el impacto del IVA, un impuesto que supone el tercer mayor gasto para los seniors detrás de la alimentación y los gastos del hogar. Los mayores le destinan hasta un 12,1% de su presupuesto. Y su subida en 2012, según el estudio, se ha 'comido' el 64% de la revalorización de las pensiones desde 2010: estas crecieron 47,59€ de media, mientras el IVA supuso un gasto extra de 30,37€ . "Ahí es donde más hemos notado que nos baja la vida, en pagar impuestos", cuenta la madrileña Cristina antes de abandonar el mercado junto a su marido.

Tanto los responsables de IDEA como la asociación de jubilados UDP reclaman otro criterio para revalorizar las pensiones. "El IPC Senior sería una buena herramienta para actualizar las rentas de los mayores, e incluso la inflación subyacente [que excluye los productos energéticos y alimentos no elaborados] podría ajustarse más a la realidad de estos colectivos", comenta Sánchez-Ostiz, que pide además escalonar la revalorización de las pensiones para que no se aplique el mismo porcentaje a quien cobra 800 euros, que a quien cobra 2.000".