El Coro de Hombres Gays de Madrid da la receta para enamorarse a ritmo de pop

Abajo los prejuicios, fuera los estereotipos y arriba el amor. Esa es la partitura que guía el ánimo de los componentes del Coro de Hombres Gays de Madrid, un grupo de 66 hombres homosexuales que han decidido usar la música como un elemento de normalización ya que, al margen de su orientación sexual, son ante todo un coro como cualquier otro.

"Somos una asociación artística sin ánimo de lucro que crea un grupo de hombres para hacer teatro musical coral. Ofrecemos una mezcla de música, baile, actuación y canto, y eso es lo que nos diferencia de otras formaciones corales más que el hecho de que seamos gays", explica Pablo Malavé Malavé, fundador del coro.

"Cuando alguien va a ver un coro de hombres gays siempre se imagina que va a haber pelucas, tacones, que va a escuchar las canciones reivindicativas LGTB... Aquí no hay nada de eso. Cantamos canciones de pop español, no hay pelucas, no hay tacones, no hay lentejuelas... Ojo, no pensamos que esté mal, pero en nuestro coro lo que buscamos es hacer algo totalmente diferente a lo que el público está acostumbrado a ver. En nuestros conciertos siempre hay sorpresas, pero están fuera de los clichés", explica este puertorriqueño afincado en Madrid.

Lo volverán a demostrar el próximo 27 de junio en el Teatro Cofidis Alcázar (Madrid) con el espectáculo Receta para enamorarse, una tierna historia sobre el amor narrada a través de memorables canciones del pop en español de todos los tiempos, temas de artistas como Raphael, David Bisbal o Antonio Orozco, entre muchos otros. Además, el concierto cuenta con un carácter solidario, ya que de la recaudación saldrá una donación en apoyo a la Asociación de Miopía Magna con Retinopatías (AMIRES), un colectivo que ayuda a las personas con problemas graves de visión.

Por supuesto, el grupo no cae en el fallo de la exclusión. El coro es inclusivo. "Nosotros no preguntamos si eres homosexual o no, ni hacemos ninguna prueba para saber si alguien es gay. Nos limitamos a que las personas sean hombres, porque es un coro de voces masculinas, eso es lo importante. Si un chico acepta que lo vayan a asociar con un coro de hombres homosexuales, bienvenido es. De hecho, no sabemos si actualmente hay algún hetero infiltrado", bromea Malavé.

Aparte del espectáculo, el coro en sí tiene un componente reivindicativo que no se puede obviar en un año en el que las agresiones homófobas han aumentado de forma alarmante incluso en ciudades tan abiertas como Madrid.

"Queremos normalizar la opinión que se tiene del colectivo homosexual. Sí estamos aceptados, pero no es lo mismo que la normalización. El coro busca normalizar esa opinión fuera de todo cliché y estereotipo que lamentablemente siempre se adjudican hacia el colectivo homosexual, sobre todo a los hombres: afeminamiento, promiscuidad...", dice Malavé, quien ha trabajado en producciones musicales como El rey león, Los miserables o Chicago, y asegura que el Coro de Hombres Gays de Madrid no tiene nada que envidiar a muchos de esos elencos.

Ese talento los ha situado dentro del panorama cultural español, lo que hace más sencilla su labor de visibilización, una misión heredada de otros tiempos pero que no ha perdido su sentido. Todo surgió en los años 70, tras las persecuciones de homosexuales, los disturbios de Stonewall, la figura de Harvey Milk como uno de los grandes propulsores del movimiento LGBT y la formación del primer coro homosexual, el Coro de Hombres Gays de San Francisco, que surgió como un ariete musical con el que derribar los muros de la intolerancia.

La iniciativa se repitió en diversas ciudades de Estados Unidos y dio el salto a Europa, aunque no fue hasta 2013 cuando vio la luz, con gran éxito, el Coro de Hombres Gays de Madrid, un grupo de hombres de diversas edades y nacionalidades, que estudian, trabajan, comen, viajan, ríen y se enamoran como cualquier otro pero que cantan mejor que la mayoría.