BIO Kevin y Adam (de izda. a dcha.) nacieron en Nueva York. Tienen 41 y 42 años, respectivamente. Son cómicos, productores y amigos.

Son improvisadores. ¿Han podido hacerlo en el filme?

Kevin (K.): Sí, improvisamos bastante, por ejemplo en una secuencia en la que dormimos juntos. Ahí nos divertimos mucho, sólo para esa escena filmamos 40 minutos, aunque al final el corte la dejó en cinco.

La amistad es la clave de la película. ¿Hasta dónde llegarían ustedes por un amigo?

K.: Haría lo que fuera necesario, sobre todo por mis hijos. Y luego, por este hombre que está aquí al lado también haría casi cualquier cosa.

Bombero, supermacho, gay, mariposa... ¿Por qué usan tantos tópicos?

K.: En realidad, los cómicos vemos humor en cualquier tipo de situación, sea tópica o no. Claro, como los clichés están ahí, les sacamos la gracia.

Trabajan mucho juntos, ¿comparten sentido del humor?

Adam (A.): Bueno, ambos somos cómicos, nos gusta mucho reír y hacer reír a los amigos, ésa es nuestra base.

¿Cómo abordaron el tema de la homosexualidad?

K.: El personaje de Adam es muy cerrado y estúpido, pero tenía que ser así para lograr que vaya creciendo a medida que avanza la historia.

¿Cómo han acogido su película los homosexuales?

A.: No podemos responder por todos, pero tengo amigos y parientes gays y su reacción ha sido positiva.

Moralina gay... ¿no está un poco pasada de moda?

K.: Para algunas personas, por desgracia, aún es necesaria.

¿Volverá al cine serio?

A.: Haré otra película seria si me llega y si me siento capaz.

Rodó Spanglish con Paz Vega. ¿Sigue en contacto con ella?

A.: Paz es estupenda. Su papel le dio un empujón a la peli y al spanglish en general. En EE UU me paran dos veces al día para preguntarme por ella.