El Tribunal Supremo condena a un oficial por espiar el mail del sargento que era su rival sexual

  • Ambos cometieron delitos de "extralimitación en el ejercicio del mando en su modalidad de comisión de abuso grave mediante prevalimiento del empleo o destino".
  • Obtuvieron las claves del correo electrónico del sargento aprovechando que uno de ellos, Pedro B., era coordinador informático.
Buzón de email correo electrónico
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El Tribunal Supremo ha condenado a dos tenientes coroneles del Ejército por infiltrarse bajo identidades fingidas en el correo electrónico de un sargento que mantenía relaciones con una funcionaria que también había tenido con uno de los oficiales contactos "más allá de lo estrictamente profesional".

Las penas, impuestas por el Tribunal Militar Central y confirmadas por el Supremo, son de un año de prisión para uno de los oficiales, el rival del sargento, y de diez meses para el otro, cómplice del primero.

Ambos cometieron delitos de "extralimitación en el ejercicio del mando en su modalidad de comisión de abuso grave mediante prevalimiento (quien se "vale o sirve de algo" para sacar "ventaja o provecho propio") del empleo o destino".

Los condenados, que eran comandantes en el momento de lo hechos, obtuvieron las claves del correo electrónico del sargento aprovechando que uno de ellos, Pedro B., era coordinador informático del Ejército en el acuartelamiento de Loyola (San Sebastián). Accedieron a su buzón y averiguaron información sobre su vida privada.

Usando dicha información el segundo de los comandantes, quien había tenido amistad con una funcionaria civil con la cual también tenia relación el sargento afectado, creó dos cuentas de correo electrónico con nombre de mujer desde las cuales envió mensajes de contenido íntimo y sexual al suboficial.

Este comandante, Víctor Z.P., de quien dependían tanto el suboficial como la funcionaria civil, había averiguado al espiar el correo del sargento entre abril de 2007 y abril de 2008 que el suboficial mantenía contactos a través de la web denominada "El Planazo".

También accedió al buzón de la funcionaria L.P. y conoció mensajes intercambiados con el sargento.

Z.P. "procedió a crear dos cuentas de correo electrónico con perfiles aparentemente femeninos" (María Mediavilla García y magda magda magda) desde las cuales envió los mensajes de contenido sexual e íntimo.

En varios de ellos "insistía en que le remitiera fotografías en las que se le viera la cara, de lo que se deduce que el suboficial ya le había enviado algunas fotografías en las que no mostraba su rostro pero sí enseñaba otra parte íntima de su anatomía", relata la sentencia, que califica estos hechos de abuso grave y prevalimiento de empleo para quebrar el secreto de las comunicaciones.

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