Según informaron a EFE fuentes del establecimiento "Cambio de Tercio", una cafetería azudense que cuenta con máquina registradora de quinielas, bonolotos y primitivas, "el afortunado recogió el resguardo que le entregamos en el que figuran los importes de los premios, pero no debió guardar el boleto original".
Estas fuentes indicaron que "el apostante debió pensar que era suficiente con el resguardo, por lo que debió tirar a la papelera del local el boleto premiado".
Por ese motivo, cuando esta persona se acercó hasta la delegación de Loterías y Apuestas del Estado, en Guadalajara, no le pudieron hacer efectivo el pago del premio porque no pudo acreditar la posesión del boleto afortunado.
Tres meses de espera
Aunque el desafortunado apostante volvió nuevamente a la cafetería en la que había sellado sus boletos, aquí ya habían limpiado las papeleras, por lo que fue imposible encontrar el original del premio.
Para estos casos, está previsto iniciar un expediente en el que el apostante deberá esperar a que pase el plazo del cobro de los boletos premiados, tres meses, y que nadie lo haya reclamado.
Asimismo, deberá presentar aquellas pruebas y testigos con los que poder acreditar que hasta su pérdida él había validado en el local el boleto premiado.
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