El Banco Central Europeo (BCE), como esperaban los mercados y analistas, no ha realizado este jueves cambios en su política monetaria. El órgano de gobierno del organismo, reunido en Viena, ha decidido mantener su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0%, debido a que la inflación de la zona del euro está muy baja.

Asimismo el BCE, deja inalterada la tasa de interés de la facilidad marginal de crédito, a la que presta el dinero a un día, en el 0,25%. Y congela también la tasa de interés a los depósitos de los bancos a un día en el -0,40 %. El objetivo es esperar y ver si la bajada de los tipos de interés en marzo y las últimas medidas no convencionales de política monetaria llegan a la economía real.

El presidente del BCE, Mario Draghi, deja así la puerta abierta a nuevos estímulos monetarios, pero esperará a la evolución de la inflación, que ascendió interanualmente en la eurozona al -0,1 % en mayo. Este jueves, sin embargo, ha revisado al alza sus pronósticos de inflación en una décima, hasta el 0,2 %, y el de crecimiento en dos décimas, hasta el 1,6 %, para este año.

El BCE comenzó en abril a ampliar las compras de deuda pública y privada de la zona del euro hasta una cantidad mensual de 80.000 millones de euros. Hasta entonces el BCE había comprado durante un año deuda por un valor de 60.000 millones de euros mensuales. Además, comenzará a comprar deuda corporativa el 8 de junio y conducirá el 22 de junio la primera operación de liquidez para los bancos a muy largo plazo, unos cuatro años.