Podría decirse que era una imagen que todos estaban esperando: la actriz Carrie Fisher ha visitado a su yo de hace 40 años, la estatua de cera de la princesa Leia, en el museo de cera Madame Toussauds de Londres.

El momento se ha inmortalizado para la posteridad en una imagen que la propia Fisher ha compartido en su cuenta oficial de Twitter, en la que aparece posando junto a su perro con el personaje que interpreta en La guerra de las galaxias.

A sus 59 años, Carrie Fisher está orgullosa de su aspecto y por eso respondió a quienes criticaron su envejecimiento en la última entrega de la saga Star Wars. Desde luego, no parece que le asuste enfrentarse cara a cara con su pasado y su inolvidable imagen como la princesa Leia en su juventud.