Dos estudiantes españoles crean una silla de ruedas de bajo coste

Cuesta 70 euros y se puede construir con pocos elementos, así es Do it yourself Wheelchair, la silla de ruedas que han inventado dos jóvenes estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Bernat Vila y Adriá Sallés, tutelados por el profesor Tomeu Ventayol. Está hecha con tubos de PVC, dos ruedas de bicicleta y otras dos de un carrito de supermercado.

La idea de la silla, denominada "Do it Yourself Wheelchair - Construye tu propia silla de ruedas" es que su manual de instrucciones (PDF) pueda ser utilizado por cualquier persona del planeta y se pueda construir la silla en su misma casa con los productos que tenga más a mano.

Sus creadores explican a este diario que su coste es la "mitad de una silla estándar"  y ha sido ideada con la mente puesta en usuarios de países en vías de desarrollo: “Se podría montar con materiales propios de cada región, los que sean más accesibles. De hecho, está pensada para que personas cercanas al usuario final la puedan construir, montar y desmontar ellas mismas en un tiempo aproximado de 15 minutos”, explica Adriá.

"Todos los materiales que se usan para hacer la silla se pueden encontrar en el país de acción; la gente tiene que cortar sus propios tubos de PVC, encolarlos y con ellos hacen la estructura", comentan sus creadores. La resistencia de la silla ha sido comprobada por los dos estudiantes y tal como indican "su aguante es el adecuado y tiene una capacidad de desgaste mayor que el de una silla normal".

El diseño de la silla DIY Wheelchair contempla dos tallas: la Standard o la talla media y la Kids, para niños, con un peso que oscila entre los 15 y 20 kilos. "La vida útil de cualquier modelo es de entre tres y cinco años, en condiciones normales de uso. Una vez montada, la silla tiene las mismas prestaciones y ofrece la misma confortabilidad que las sillas de ruedas convencionales: cuenta con un cojín en el asiento, reposapiés, empuñadura para empujarla, respaldo y ruedas autopropulsables", indican Vila y Sallés.

La idea no está patentada y es que su intención no es lucrarse con este diseño, sino llegar a los 60 millones de personas que necesitan una silla de ruedas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un prototipo está camino de Senegal gracias a un trabajo de colaboración entre la Fundació Isidre Esteve, con la que comenzaron a trabajar y la Fundació Esport Solidari Internacional, que les facilitó un usuario en este país. Otras ONG que colaboran con el proyecto son la Fundación ACAPS, Medicus Mundi Catalunya, Obra Social de San Juan de Dios, Fundación Step by Step, Gracare, Asociación Rostros, Colores y Sueños y la Fundación Vicente Ferrer.