La fiscal delegada de Violencia sobre la mujer, Flor de Torres, ha asegurado que el hombre acusado de matar a su expareja y a su hijo en la barriada malagueña de La Luz en 2013 lo hizo porque ella "había elegido la libertad" y había decidido romper definitivamente la relación unos meses antes de los hechos.

El juicio ha concluido este martes y los jurados deliberarán ahora sobre una serie de preguntas para alcanzar un veredicto, después de que las partes hayan expuesto sus argumentos. La magistrada-presidenta del Tribunal les ha dado indicaciones a los jurados sobre su labor.

La fiscal, en su informe final, ha vuelto a pedir a los jurados que no vean dos asesinatos sino que no pierdan de vista que este caso es "una fotografía" de la violencia de género, en el que la mujer eligió la libertad y "lo pagó con su vida y la de su hijo", ya que estaba "esclavizada por su verdugo".

Ha hecho hincapié en el calvario que pasó y en que estaba "absolutamente hostigada y acosada" por él con mensajes y llamadas con insultos. La autopsia reveló que la mujer tenía heridas en vida y de defensa, que hubo una lucha y que finalmente murió por asfixia, igual que el pequeño, una "víctima desprotegida".

En su última palabra, el acusado ha vuelto a reconocer los hechos y ha dicho que "en 24 horas arrasé con todo, destruí dos familias, me desboque". "Ese día no era yo, aunque eso no quite la evidencia de los hechos y que me arrepienta", ha asegurado, añadiendo que cuando se mira al espejo "no me gusta lo que veo".

Además, ha señalado que "si pudiera, me cambiaría por ellos sin pensarlo", aunque ha reiterado que ya no puede cambiar las cosas, apuntando que ese día intentó acabar con su vida "porque no tenía sentido sin mi mujer ni mi hijo". Ha dicho a los jurados que hagan su trabajo.

Su defensa ha mostrado su convencimiento de que "el que no se va a perdonar nunca va a ser él" y, aunque ha reconocido que "su arrepentimiento puede saber a poco", ha precisado que "ha ido madurando reconocer los hechos", incidiendo en la gravedad de éstos en sí mismo, sin el componente de género.

Las acusaciones piden 43 años de prisión por dos delitos de asesinato, uno de coacciones, otro de malos tratos habituales, cuatro de lesiones y un delito de resistencia por el momento de la detención.

La defensa mostró su conformidad.