Primavera, la estación del ahorro

  • Sin calefacción ni aire acondicionado, la primavera es la estación del año que más favorece el ahorro doméstico.
  • Además, el buen tiempo y el aumento de las horas de luz estimulan los hábitos saludables (y más baratos) como dejar el coche en casa y caminar o montar en bici.
Consejos útiles y sencillos para ahorrar.
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Consejos útiles y sencillos para ahorrar.

La primavera es la época del año donde menos energía se consume en el hogar. Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los meses que tradicionalmente registran un consumo menor de la energía son abril, mayo y junio.

Suelen ser meses templados, donde ni se pone la calefacción ni se abusa del aire acondicionado. Siempre ha sido así, aunque en los dos últimos años el verano se adelantó algunas semanas y la primavera usurpó los meses de octubre, noviembre e incluso diciembre. Sucedió así en 2014 y en 2015, el año más caluroso desde que existen registros.

La primavera es la estación del ahorro. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el mayor gasto en una casa es la calefacción, el 46%. Después van el agua caliente (21%), la iluminación (16%), los electrodomésticos (13%), la cocina (2%) y el aire acondicionado (1%).

Si con la primavera la calefacción no se pone y el aire acondicionado tampoco, hablamos de una reducción del gasto del 47%; e incluso se podrían añadir todavía algunos percentiles más, dado que el consumo de la iluminación también baja debido al mayor número de horas de luz natural. Y si nos referimos a los chalets, el ahorro puede ser todavía mayor, dado que el gasto en calefacción es del 70%.

Cuidado con los electrodomésticos

Si la temperatura y el sol primaverales ya nos permiten ahorrar, todavía hay margen si hacemos un buen uso de los electrodomésticos. "El consumidor medio no está a la altura de los electrodomésticos que tenemos", explica Cristina Cañada, responsable de proyectos del departamento Doméstico y Edificios del IDAE. Para la experta, los electrodomésticos son cada vez más eficientes y permiten usos más concretos, pero luego los consumidores no estudian estas opciones y eligen las funciones estándar, que son más costosas.

El electrodoméstico que más gasta es el frigorífico. No porque sea el más potente sino porque, a diferencia de la lavadora o el lavavajillas, siempre está en funcionamiento. "Lo principal del frigorífico es el aislamiento", explica Cañada.

Muchas veces el electrodoméstico se apoya contra la pared evitando así que el compresor, situado en la parte posterior del frigorífico, esté bien ventilado. La consecuencia es que la zona se calienta y genera una fuente de calor que el frigorífico tiene que neutralizar, gastando más energía de la prevista. "Y lo mismo ocurre si colocamos el frigorífico cerca de una ventana, otra fuente de calor. Es fundamental que el frigorífico esté bien ventilado", explica Cañada.

Los malos hábitos maltratan al frigorífico. "El peor hábito es estar abriéndolo permanentemente, porque cada vez que se abre desciende la temperatura y tiene que hacer un sobreesfuerzo para recuperar el frío perdido". Otro hábito pernicioso es la escarcha del congelador.

"Las baldas están ahí por algo: el frío del congelador se basa en corrientes de convección [el aire caliente sube, el aire frío baja] y para ello es necesario que haya espacio libre", explica Cañada. Eliminar la escharcha y no apelmazar los alimentos facilita el trabajo del congelador.

El lavavajillas y la lavadora ofrecen menos misterios: "Hay que llenar toda la carga y, siempre que sea posible, lavar con el agua templada, ya que el 80% del gasto de estos electrodomésticos proviene de calentar el agua".

Hábitos baratos y saludables

Las temperaturas templadas de la primavera favorecen algunos hábitos de ahorro. Comer comida que no necesita cocinado, como las ensaladas, o hacer barbacoas no suponen ahorros importantes, pues el gasto en cocina es del 2% del total, pero también ayudan. Lo mismo sucede con otros hábitos saludables de exterior: dejar el coche en casa y andar, o moverse en bicicleta, sí pueden marcar la diferencia.

Según la última Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, con datos de 2014, el gasto en transportes es la 3ª categoría en importancia, por detrás de los gastos en vivienda (32% del presupuesto del hogar) y en alimentación (15%): el gasto medio en transportes es del 12%, del cual el 5% es en carburante. Es un ahorro discreto, pero si se suma al resto de recortes del gasto que permite la primavera, puede suponer contar con algunos euros de más para el verano.

Consejos directos para ahorrar en casa:

• Cocina:

o Frigorífico. Ábrelo pocas veces y nunca más de unos segundos.

o Lavavajillas. Limpia los platos antes de meterlos. Los restos de alimentos atascan el filtro y reducen su vida útil.

o Lavadora. Usa siempre la carga máxima y, si la ropa no está muy sucia, no pases de 30ºC.

o Microondas. Descubre todos sus usos: muchas veces puede sustituir eficaz, y eficientemente, al horno: ahorrarás dinero y ganarás tiempo.

• Salón:

o Olvídate de la función stand by, que incrementa la factura entre el 2 y el 10%. Agrupa los enchufes en varias regletas con interruptor y apágalas siempre que puedas.

o Persianas. Úsalas eficientemente: bajadas, retienen el calor y aíslan el frío; subidas, permiten el paso del calor. Y lo mismo ocurre, aunque en menor medida, con las cortinas.

• Iluminación. Usa lámparas de bajo consumo. Son más caras, pero amortizarás la inversión con el ahorro energético que suponen.

• Ventanas:

o Aprovecha las temperaturas bajas de la mañana para ventilar, pero ciérralas pasados unos minutos para mantener una temperatura agradable en la casa.

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