Pitingo: "Subo a un escenario a cantar; porque yo vendo música, no polémica"

  • "Imagina por dónde me paso lo que me digan ahora de mi trabajo", dice Pitingo con su nuevo disco, Soul, buléría y más, recién publicado.
  • "Políticamente no merece la pena, ¿para qué? Socialmente sí, pero ¿qué voy a arreglar yo?".
  • "La gente paga su entrada para que les haga olvidar un rato la mierda de fuera".
El artista Pitingo durante una entrevista con 20minutos.
El artista Pitingo durante una entrevista con 20minutos.
JORGE PARÍS
El artista Pitingo durante una entrevista con 20minutos.

Inconfundible en sus andares, llega Pitingo a la entrevista. Está cansado, pero lo disimula, su nuevo trabajo puede más que todo: Soul, bulería y más (Warner) en el que el artista se atreve con todo: música soul y pop pasadas por su filtro, su propia manera de hacer flamenco.

El resultado: un álbum de 12 canciones que van desde Marvin Gaye a Stevie Wonder, pasando por Diana Ross o Fontella Bass y con versiones de Solo Dios sabe (God only knows, de los Beach Boys) o Noches de blanco satén (Nights in white satin, de los Moody Blues).

Al hacer versiones de canciones que son ya clásicos y llevarlos al español, ¿no dudó?

Sí, por eso My girl (The Temptations) y I wish (Stevie Wonder) las dejé en inglés, porque en español no funcionaban. El resto en español, pero hay cosas que no son literales y he tratado de hacer más poético. Y tenemos el ok de todos los artistas. Es que si te la deniegan no puedes hacerla.

¿Alguna que no esté y le hubiera gustado que estuviera?

Hay una en la recámara, que ya saldrá. Pero no hay ninguna que hayan denegado. Todos siempre me han dado el ok. Yo lo canto y se lo mando cantado y siempre me han dado el ok. Ganan ellos porque perciben el dinero, son los autores. El menos interesado soy yo.

Hablando de dinero, ¿ha ganado usted mucho con los discos?

Desde que empecé, hace diez años, no he ganado mucho con los discos. El primero, que fue el que más vendió, lo hizo y a la larga: 280.000 discos.

¿Se lo han puesto muy difícil?

Sí, y yo encantado, así es como se aprende, es la base.

¿Es del sufrimiento como más aprende?

Claro, el sufrimiento es la base del aprendizaje. El artista que no sufre o que se lo ponen fácil no aprende. Tienen que ponértelo difícil.

¿Cuánto 'callo' le ha hecho?

Imagina por dónde me paso lo que me digan ahora de mi trabajo. Estoy encantado de esa parte negativa, ese público que ni siquiera compra discos míos. Y no sólo pasa a los artistas, también a los políticos o a los futbolistas, que hay gente que están ahí y que son unos tocahuevos. No van a comprar un disco lo hagas bien o mal, pero quieren estar en la polémica. Cuando me critican digo: mira, al menos te has tomado un tiempo en buscarme en Google y yo no se lo dedicaría porque no los conozco.

¿Lo más destructivo que le han dicho?

No me destruyen esas cosas. Hay críticos de los que he aprendido, dan consejos buenos. Luego está el que no tiene ni idea y quiere apuntarse al carro y para que lo lean polemiza.

¿Cuánto ha aprendido que se aprecie en este álbum?

Me queda mucho. Musicalmente y como persona. No todos pueden conocerme como persona, pero sí en la música y en cómo me comporto en un escenario. Además no escucho nunca mis discos.

¿Y éste, tampoco puede escucharlo?

No, tampoco. A otra cosa. Y en el escenario puedo estar dos años, pero me pongo a trabajar en otra cosa. No tengo discos en casa. Y mi mujer los tiene que guardar para que no los vea. Es que si fuera un artista que nada más se escucha a sí mismo, ¿cómo avanzo?

Decía que no le pueden conocer como persona, ¿le gustaría?

He cambiado mucho para mejor. Antes era más impulsivo y daba importancia a cosas que no la tenían. Una crítica mala me podía amargar 15 días y quitarme el sueño y el hambre, pero ya no.

¿Ha cortado alguna entrevista?

Una vez un crítico de flamenco me entrevistó y me acordaba de una crítica que me puso mal y le dije: te hago un cante y me adivinas la época, de quién y de dónde. Si me demuestras que lo sabes, te consideraré un buen crítico de flamenco. No lo acertó y le dije que no teníamos más que hablar.

¿Qué cante era?

Nunca más habló mal de mí. Le toqué una Soleá de los Alfareros de Triana. Sabía que era una soleá pero no de dónde ni la fecha ni nada. Y eso lo tienes que saber.

¿Lo que más le impone?

El público. Son los que saben de esto y los que pueden decir que se acabó.

Cuando mira atrás y recuerda al chico que cargaba maletas, ¿qué piensa de donde ha llegado?

Todavía me duelen los riñones de aquel trabajo, y también he estado de heladero, cargando carritos, en una imprenta 12 horas, cargando papel... Eso me vale ahora para valorar lo que tengo y el dinero.

¿Y para mantener los pies en la tierra?

Por supuesto.

¿Cuánto trabajo hay detrás de cada álbum, cada actuación, cada paso que da?

Un 90% es trabajo, porque con lo otro cuentas. No puedes estar parado ni un momento. Tienes que crear continuamente para llevar el pan a la boca. No es un trabajo de oficina con un sueldo.

También puede ser duro estar en una oficina...

Sí, pero nosotros siempre estamos en la cuerda floja y teniendo cuidado de no caerte.

¿Lo peor es caerse?

No, hay mil maneras de caerse. Me he caído muchas veces. Si te caes siete veces, levántate ocho. Yo soy de esos. Y hay momentos malos, porque los artistas somos extrasensibles, nos afecta todo el triple, para querer, paran enfadarnos, para ponernos tristes... Somos exageradamente sensibles, pero por eso somos artistas.

¿Qué le pide la gente?

Siempre les digo: estoy aquí para intentar que os olvidéis de vuestros problemas un rato. Para eso han pagados u entrada para evadirse de toda la mierda que tenemos en España.

¿Alguna vez le han dado ganas de quejarse?

Muchas veces, pero no me meto, estoy en un escenario para cantar, vendo música y no polémica. Si hago algo es para ayudar, a una fundación o a un niño o a una familia. Políticamente no merece la pena, ¿para qué? Socialmente sí, pero ¿qué voy a arreglar yo? He intentado hacer muchas cosas, pero no estamos en el mismo barco.

Ese el problema...

Sí, nos da todo mucha pena pero enseguida se nos olvida. El mundo iría de otra manera si nos uniéramos, pero aquí todos vamos a nuestra bola y yo intento ayudar.

¿Le piden ayuda?

Sí, constantemente.

¿Y qué hace?

Recuerdo un niño que estaba malito y su sueño era conocerme y fui. Estuve con él en el hospital y me tiré cantando un rato en la habitación. Tiene 14 años y mantengo el contacto. Estaba con quimioterapia. Hubo un caso de una chica que me pidió su marido porque le quedaban meses de vida que fuera a su casa y pasé una tarde con ella. Vino un concierto también y a los dos días murió. Pero yo solo no puedo cambiar el mundo. Los artistas podemos cambiar mucho pero unidos. Y no con una cámara. Deberíamos unirnos y tendría que ser obligado hacer todos festivales enormes para ayudar a la gente.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento