Antinucleares piden el cierre escalonado de las nucleares en España antes de 2024 para evitar "un nuevo Chernóbil"

  • El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) ha presentado este lunes 25 de abril un informe en el que solicita el cierre "escalonado, ordenado y urgente" de las centrales nucleares en España antes de 2024, para que "no se repita un nuevo Chernóbil", coincidiendo con el 30 aniversario del accidente en la central nuclear ucraniana.
El Portavoz Del Movimiento Ibérico Antinuclear, Francisco Castejón
El Portavoz Del Movimiento Ibérico Antinuclear, Francisco Castejón
EUROPA PRESS
El Portavoz Del Movimiento Ibérico Antinuclear, Francisco Castejón

De esta forma, pide que las centrales cierren según vayan expirando sus permisos vigentes de explotación de 30 años. Así, Trillo I (Guadalajara) sería la última central en cerrar en 2024.

El documento expresa que el riesgo nuclear resulta "inaceptable desde el punto de vista ético y democrático" y que "la obtención de beneficios por unos pocos somete a una gran cantidad de personas y al medio ambiente a un riesgo inaceptable".

En este sentido, el portavoz del Movimiento Ibérico Antinuclear, Francisco Castejón, ha afirmado que con el plan de cierre que plantean deja "tiempo para reorganizar la red eléctrica; tiempo para llegar a un consenso sobre la gestión de residuos radioactivos, un asunto clave; y tiempo para que los inversores recuperen la inversión".

Asimismo, ha señalado que estas plantas "nunca" deberían haberse puesto en funcionamiento, dados los problemas como la falta de seguridad, la generación de residuos de muy baja, baja, media y alta actividad; la contaminación radiactiva que supone la minería de uranio y la fabricación del combustible nuclear, ya que se han de remover rocas y emitir residuos radiactivos en ingentes cantidades; las emisiones radiactivas en el funcionamiento cotidiano de las centrales.

21.585 MILLONES DE EUROS EN SUBVENCIONES

Castejón también ha denunciado que, desde principios de los años ochenta, España ha subvencionado con 21.585 millones de euros a esta industria con una tecnología "obsoleta, peligrosa y cara". Por esto, considera "imprescindible" una auditoría de las subvenciones.

Por otro lado, ha explicado que el caso de Garoña como "un pulso político" y que un proceso de desmantelamiento "limpio" duraría ente 10 y 15 años, mientras que uno "sucio" costaría hasta 25 años.

Otros de los problemas que subraya el informe son: La escasez del uranio, que supone un límite para la extensión nuclear, y de los graves impactos ambientales asociados a la minería; o el uso de la tecnología nuclear para fines militares.

Igualmente, el movimiento también subraya que el cierre de las centrales nucleares contribuiría a la cultura de la paz, ya que se reduciría el volumen de material radiactivo de uso militar disponible; así como a la reducción del inventario de radiactividad ambiental.

Finalmente, en el texto se insiten en que con el cierre se liberaría la amenaza de un accidente. "Las consecuencias mínimas son graves, y pueden evolucionar rápidamente hacia una catástrofe irreversible", apunta.

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