Muchos hogares cordobeses le ven ya las orejas al lobo por el constante crecimiento de las letras de su hipoteca, que trimestre a trimestre siguen el incremento de los tipos de interés. Los créditos solicitados por las familias cordobesas en los últimos años amenazan con ahogar sus ajustadas economías. Los últimos datos del Banco de España son bastante preocupantes, puesto que cada cordobés debe a las entidades financieras una media de 26.058 euros, mientras que sólo tiene ahorrados en su banco o caja de ahorros 14.100 euros.

Algunos expertos ya han dado la voz de alarma. Y no les falta razón si se compara el panorama actual con el que había hace cinco años. En 2002 la deuda financiera de cada cordobés apenas era de 10.813 euros, casi 2,5 veces menos que hoy. El fuerte encarecimiento de la vivienda es el principal factor por el que las familias están más entrampadas que antes.

La comparación con el resto de Andalucía no deja en muy buen lugar a los cordobeses, ya que el débito medio en la comunidad es de 25.528 euros, más de 500 por debajo de la provincia.

Un caso real

La suerte de José Ramón Granados y Rosa María Espejo es que se hipotecaron hace años, cuando aún era posible acceder, aunque con ciertas dificultades, a una vivienda. Es por ello que sólo pagan 450 euros, menos de la mitad de lo que pagan de media cualquier pareja como ellos actualmente. «A nosotros también nos sube la hipoteca cada mes», se queja Rosa. Este matrimonio cordobés, tiene una niña, Lorena, de tan sólo nueve meses. «Tuve que dejar mi empleo porque la atención que requiere mi bebé no puedo darsela si trabajo», señala Rosa, que se encuentra cobrando el desempleo.

José Ramón acaba de cambiar de trabajo en busca de un mejor salario. Entre su jornal y el paro de su mujer llegan a unos 1.500 euros. Y el desempleo no es eterno, por lo que Rosa ya piensa en su reincorporación al mercado laboral. «Ganas no me faltan», afirma. Para colmo, el año que viene la niña generará mas gastos con la guardería, el comedor y la ropa, por lo que necesita arrimar el hombro para llegar a fin de mes. Y luego vienen los imprevistos. «Se nos ha roto el frigorífico y hemos tenido que coger 600 euros de los ahorros». Es el día a día de cualquier familia andaluza.