La Guardia Civil de Candasnos (Huesca) ha intervenido 368 kilos de caracoles, que habían sido recogidos por un hombre, quien tenía previsto venderlos en Lérida, pero sin ningún tipo de control sanitario por lo que han sido incautados y devueltos al medio natural por agentes del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza).
La Comandancia de la Guardia Civil en Huesca ha informado en una nota de prensa que los caracoles podrían haber alcanzado un valor en el mercado de unos 3.500 euros.
Los hechos tuvieron lugar el pasado lunes, 11 de abril, sobre las 14.40 horas, cuando agentes del Puesto de Candasnos observaron durante un servicio de protección a la seguridad ciudadana un vehículo circulando a una velocidad anormalmente reducida por lo que decidieron darle el alto.
Durante las labores de identificación y posterior inspección del vehículo, comprobaron que en el interior portaba una gran cantidad de mallas de red con caracoles, preguntado el conductor por la procedencia de éstos, quien afirmó que eran de su propiedad, que los había recogido él y los iba a vender a establecimientos hosteleros de Lérida.
La Guardia Civil los incautó porque no habían sido sometidos a ningún tipo de control sanitario, algo que "puede ocasionar graves consecuencias para la salud del consumidor final", además de formular una denuncia administrativa ante el Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medioambiente.
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