Sicilia, la mayor de las islas del Mediterráneo, llena con 40 siglos de historia el Museo Británico

  • La deslumbrante exposición 'Sicilia: cultura y conquista' revela la riqueza histórica, arqueológica y artística de un eje de atracción que se remonta a los fenicios.
  • Centro cultural desde la antigüedad, fue una cosmopolita para griegos, fenicios, árabes y normandos, atraídos por la belleza y la fertilidad sicilianas.
  • Entre los 200 objetos que expone el British hay un altar de terracota pintada datado en el 500 antes de nuestra era que llega en cesión desde la isla.
Estatua de mármol de un guerrero datado en torno al 470 antes de nuestra era y encontrado en la antigua Akragas, Sicilia
Estatua de mármol de un guerrero datado en torno al 470 antes de nuestra era y encontrado en la antigua Akragas, Sicilia
Museo Archeologico Regionale di Agrigento © Regione Siciliana
Estatua de mármol de un guerrero datado en torno al 470 antes de nuestra era y encontrado en la antigua Akragas, Sicilia

Ocho veces más extensa que Mallorca, Sicilia es la de mayor superficie de las casi doscientas islas del Mediterráneo y también, con mucha diferencia sobre las restantes, la más poblada —el último censo oficial calcula que tiene algo más de 5 millones de habitantes—. Esas mismas magnitudes punteras se mantienen en la historia: la isla italiana fue durante la antigüedad y la Edad Media uno de los principales centros culturales de Europa y el norte de África.

En la deslumbrante exposición Sicily: Culture and Conquest (Sicilia: cultura y conquista), el Museo Británico lleva por primera vez a tierras inglesas el legado histórico, arqueológico y artístico de una región cuyo acerbo es poco conocido o está nublado por fenómenos recientes, como ser la tierra natal de la Cosa Nostra, la madre de los modelos criminales del siglo XX, y uno de los escenarios más sangrientos de los anni di piombo (años de plomo), la guerra abierta de la mafia contra el Estado.

'Pasado vibrante'

La opción del British se traslada mucho más atrás y pretende proporcionar "nuevos conocimientos sobre el pasado vibrante de la isla italiana que es familiar a tantos visitantes de hoy". La exposición, que se remonta 4.000 años en el tiempo, "arrojará luz sobre los notables logros artísticos y arquitectónicos" y mostrará una colección de 200 objetos, muchos de ellos cedidos por instituciones sicilianas —colaboran en la organización la autónoma Regione Siciliana y el organismo de gestión patrimonial Assessorato dei Beni Culturali e dell’Identità Siciliana—.

Moldeada por las aspiraciones de muchos etnias y culturas diferentes y poblada más de mil años antes de nuestra era por los sículos —pueblo del que procede el nombre Sicilia—, la isla fue objeto de sucesivo interés, ocupación y conquista por fenicios, griegos, normandos y árabes. Para todos los pueblos invasores, no siempre con intenciones belicosas, el gran atractivo del lugar era el suelo fértil, alimentado por la dinámica volcánica del Etna, y la situación estratégica. El establecimiento de gentes de todo el Mediterráneo creó una "cultura variada y sofisticada".

Dos momentos estelares: griegos y normandos

La exposición se centrará en dos épocas: en primer lugar, la llegada de los griegos de la segunda mitad del siglo VII antes de nuestra era y su encuentro con los colonos anteriores y los fenicios, y en el extraordinario período de iluminación bajo el dominio normando, más o menos entre los años 1100 y 1250. Ambas etapas dejaron "un asombrosamente rico material cultural" con el "florecimiento de todas las artes".

Cuando los griegos establecieron, en torno al 735 antes de nuestra, la primera colonia oficial, Naxos, en el oriente del territorio siciliano, trajeron nuevas ideas y forjaron vínculos culturales y comerciales con los colonos indígenas anteriores.

A partir de ese momento los gobernantes de Sicilia, conocidos como tiranos, y los órganos cívicos de gobierno intentaron mostrar su riqueza y poder construyendo templos, a menudo de dimensiones colosales, que pretendían competir contra los de Grecia —destacan el de Selinunte, sonsagrado al culto a la diosa Hera y los del valle de los templos de la actual Agriento, con el de Concordia y el de Juno y, entre las construcciones civiles, el teatro de Taormina—.


Un león ataca a un toro

Un altar de barro cocido espectacularmente bien conservado que muestra el ataque de un león a un toro es una de las piezas estrella de la muestra. Está datado en torno al año 500 antes de nuestra era y muestra, bajo el nivel superior con el combate de los animales, las figuras de tres diosas de la fertilidad.

El brillante acabado y los minuciosos detalles son notables y el tema muestra cómo los griegos llevaron a Sicilia su simbolismo: el león representa al poder real que se impone al individual, simbolizado por el animal doméstico.

Un ariete para hundir embarcaciones

Este rostrum de bronce era colocado como ariete en la proa de los barcos de combate romanos para quebrar el casco de las embarcaciones enemigas. Localizado hace poco en las aguas costeras sicilianas, es una demostración de los combates entre los griegos de la isla, los cartagineses y los romanos.

El imperio emergente de Roma se hizo con Sicilia en el 241 antes de nuestra era. Para la nueva potencia el papel principal de la isla era servir de granero para abastecer a los ciudadanos de la urbe y al ejército.

La cultivada genealogía del halcón

Después de esta etapa, cristianos bizantinos y árabes musulmanes compitieron por el dominio de la isla durante varios siglos. A finales del XI Sicilia fue conquistada por mercenarios normandos que estaban asentados en el sur de Italia continental. Eran pueblos cristianizados pero descendientes de los vikingos del norte de Europa. En torno al año 1000 se establecieron en Francia y empezaron a emigrar progresivamente hacia el sur.

Bajo los reinados de Roger II, Guillermo I y Guillermo II, genealogía monárquica que usaba al halcón como símbolo heráldico [ver imagen de arriba], la isla vivió años de esplendor, se convirtió en una de las grandes potencias del Mediterráneo, y rivalizó con el Imperio bizantino, el califato fatimí de Egipto y los Estados Pontificios de Roma.

'Colaboración multicultural'

Los monarcas normandos permitieron la coexistencia pacífica de islámicos, bizantinos y judíos en clima de "colaboración multicultural" que generó obras absolutamente nuevas que no tienen parangón en ningún otro lugar de Europa. En 2015 nueve edificios del estilo árabe-normando que se desarrolló en Palermo y sus alrededores fueron declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. En la exposición podrán verse un mosaico del siglo XII de estilo bizantino [ver imagen de arriba] y decoraciones islámicas de madera de este conjunto.

También se mostrarán vasos ceremoniales de exquisita artesanía en vidrio y marfil, colgantes y brazaletes de oro e intrincados y camafeos. Cada objeto demuestra no solo las habilidades de los artesanos, sino la variedad de influencias culturales que inspiró su producción. La exposición mostrará un ejemplo del afán de innovación que los normandos establecieron en la zona: uno de los más antiguos mapas conocidos, encargado al cartógrafo árabe al-Idrisi en el siglo XII.

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