Pueblos abandonados, castillos y monasterios, inmuebles singulares que pueden ser hotel

  • Este tipo de inmuebles son un refugio "muy seguro" al perder poco valor y no estar sujetos a oscilaciones de mercado.
  • El precio de estas fincas emblemáticas se ha ajustado entre un 20% y un 45%.
  • El 80% de los compradores de estos inmuebles son nacionales.
<p>Pueblo abandonado de A Lavandeira, perteneciente al municipio orensano de San Cristovo de Cea.</p>
Pueblo abandonado de A Lavandeira, perteneciente al municipio orensano de San Cristovo de Cea.
Brais Lorenzo / EFE
<p>Pueblo abandonado de A Lavandeira, perteneciente al municipio orensano de San Cristovo de Cea.</p>

Monasterios, castillos y pueblos abandonados puede ser objeto de deseo de grupos hoteleros y fondos de inversión internacionales. Muchos los quieren reinventar como hoteles o complejos turísticos. Con ese objetivo, destinan entre 3 y 7 millones de euros a adquirir inmuebles con un valor patrimonial "notable", tales como edificios singulares, castillos, conventos y monasterios abandonados.

El 80% de los compradores son nacionales que valoran fincas emplazadas en cualquier punto de la geografía española, según Lançois Doval, consultora especializada en la venta de propiedades de este tipo. Los inversores internacionales se centran en zonas prime de Madrid y Barcelona y en zonas de costa o preferentemente turísticas.

Según la sociedad de gestión patrimonial, este tipo de fincas emblemáticas atraen nuevas iniciativas de negocio impulsadas por un ajuste de los precios. De hecho, los precios de este tipo de propiedades se han ajustado entre un 20% y un 45%, ya que se trata de activos que "no han transformado su coste con la misma fuerza que el resto del ladrillo".

Como ejemplo, señala que una finca adquirida recientemente por un inversor nacional, que estaba valorada en 3,8 millones de euros, fue comprada por 3,4 millones de euros, a lo que habrá que sumarle una importante inversión en rehabilitación para su destino a hotel. Se trata de "comprar lo mejor a un precio de mercado correcto", señala Lançois Doval. Si bien es cierto que durante estos años de crisis ha habido una retracción del sector inmobiliario debido a la desconfianza generalizada a la hora de invertir en inmuebles, lo cierto es que ahora son muchos los inversores particulares o fondos de inversión que valoran adquirir inmuebles con un valor patrimonial notable.

El perfil del inversor

Dependiendo de la ubicación de la propiedad, el 80% de los compradores son nacionales, encontrando entre ellos desde grupos especializados en hoteles con encanto, hasta fondos de inversión. La historia y singularidad del producto siempre es un valor añadido que el comprador nacional estudia con más atención. Asimismo, estos también valoran la posibilidad de adquirir fincas emplazadas en el interior peninsular.

Los activos inmobiliarios singulares son un refugio "muy seguro" para el dinero de los inversores debido a sus características especiales y que no están tan sujetos a las oscilaciones del mercado y pierden poco valor. Asimismo, encajan a la perfección con lo que se precisa para albergar un establecimiento hostelero o un alojamiento rural por sus gruesos muros, numerosas y variadas estancias, patios centrales o aledaños y un marco natural excepcional convierten a conventos y monasterios en atractivos hoteles de interior.

Otro factor a tener en cuenta es que las conexiones con núcleos habitados de distinto tamaño también han mejorado mucho en los últimos tiempos. Fruto de los planes de revitalización de áreas rurales y de las propias iniciativas público-privadas para atraer más inversiones a estas zonas, muchos caminos han sido actualizados y permiten el paso de vehículos hasta la entrada de los edificios históricos, sin perder la intimidad, tranquilidad y singularidad de la propiedad.

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