L'Obra Social La Caixa apuesta por mejorar la comunicación de los alumnos en 250 escuelas

  • KitCaixa Comunica es un conjunto de propuestas lúdicas y formativas que ejercitan la confianza, la voz, el lenguaje corporal y la seguridad.
  • Es una iniciativa del programa CaixaEscena, que promueve el teatro en las escuelas para el desarrollo personal, social y cultural de los jóvenes.
  • CaixaEscena ofrecerá el Kit a partir del mes de septiembre, que irá destinado a alumnos de Educación Primaria, la ESO, bachillerato y ciclos formativos.
Anna Sabaté presenta uno de los juegos del KitCaixa Comunica
Anna Sabaté presenta uno de los juegos del KitCaixa Comunica
David Campos
Anna Sabaté presenta uno de los juegos del KitCaixa Comunica

KitCaixa Comunica es una iniciativa del programa CaixaEscena, de la Obra Social La Caixa, que promueve el teatro en las escuelas para el desarrollo personal, social y cultural de los jóvenes. La nueva herramienta de la que dispondrán las escuelas es un conjunto de propuestas lúdicas y formativas que ejercitan la confianza personal, el dominio de la voz, el lenguaje corporal y la seguridad para exponer un discurso ante el público. El KitCaixa Comunica incluye una maleta, las Cartas Multiactividades, el Juego de la Estrella, la Ruleta de Conflictos, la Tabla Inspiradora, la Cámara de Acción, las Reglas del Juego, la Guía Docente y un marco para las fotos.

CaixaEscena ofrecerá el Kit a partir del mes de septiembre en 250 escuelas públicas, concertadas y privadas de toda España, durante un tiempo determinado puesto que está en una fase experimental. Esta propuesta va destinada a alumnos de Educación Primaria, la ESO, bachillerato y ciclos formativos; y se ha diseñado para que el profesor tenga un papel dinamizador, creador y director del escenario comunicativo.

Anna Sabaté, actriz y directora teatral, dinamiza los talleres del KidCaixa Comunica. La actriz catalana se define como una artesana del teatro porqué, a parte de su carrera artística, trabaja como formadora para acompañar a las personas en un proceso de autoconocimiento y de apertura de conciencia a través del teatro. Sus últimos trabajos han sido “El desvetllament d’una papallona nocturna”, unos monólogos sobre textos de Virgina Woolf; “La nostra mort de cada dia”, de Manuel de Perdolo; y “Camargate”, una reproducción de la conversación entre Alicia Sánchez Camacho y Victoria Álvarez en el restaurante la Camarga.

Anna Sabaté define el teatro como el medio de comunicación por excelencia, a través del cual podemos despertar la conciencia. 20Minutos habla con la actriz, directora y formadora catalana sobre los beneficios del teatro para las personas.

Mark Twain dijo que los dos momentos más importantes en la vida de un hombre son cuando nace y cuando descubre por qué… ¿Te sientes identificada?

Totalmente. Cuando uno sabe lo que quiere ser en la vida no hay tiempo que perder. Exprimes cada momento y le sacas todo el jugo; es tanta la motivación y la pasión, que sólo puedes terminar generando algo que tiene que ver con tu afición.

Tú la descubriste en una edad muy temprana…

Yo tuve una infancia complicada; era uno de esos alumnos rebeldes, encerrados en sí mismos y con muchos bloqueos emocionales. Pero cuando tenía 14 años, una profesora de lengua catalana se dio cuenta que, a pesar de sacar notas excelentes, yo tenía una tormenta interior muy fuerte… Ella me enseñó lo que es la compasión, el VER a otra persona y amarla incondicionalmente. Me invitó al grupo de teatro amateur del instituto y eso fue la puerta a la vida para mí. Ahí pude dejarme ir, atreverme a sentir, comunicar todo lo que pasaba en mi interior; y nadie me juzgó y ya no tuve miedo. Eso fue el principio de todo lo que he ido desarrollando luego y hacia donde he enfocado mi vida y mi carrera.

Entonces fue cuando decidiste ser actriz…

Fui yendo cada vez más lejos con el teatro – explorando, cogiendo más recursos, más habilidades–; iba transformándome y creciendo como persona. Así que decidí presentarme a las pruebas del Institut del Teatre de Barcelona, y el hecho de decir: “¡Pues si! ¡Tengo que ser actriz!”, de repente me colocó en un lugar en el que todo estaba alineado para eso.

¿Qué te gusta más, ser actriz o formadora?

Yo creo que mi cuna es la de actriz. Esa es la fuente que me da todo lo que necesito para luego dar cursos y clases y ser profesora y coach. Antes soy actriz, después soy formadora, pero las dos cosas me llenan por igual.

Y son complementarias…

Y se alimentan la una de la otra. Ambas son un acto de comunicación en sí con lo cual, con una comunico historias universales y con la otra hago descubrir a cada uno cuál es su historia.

A lo largo de tu carrera profesional habrás visto verdaderas transformaciones. ¿Te sientes un poco psicóloga?

El teatro nos enseña a escuchar. Cuando lo dominas parece que seas psicóloga pero no, es que tú estás escuchando de verdad la humanidad de la otra persona, estás reaccionando emocionalmente a lo que el otro te está dando. Para nosotros, los actores, es algo natural. Trabajamos con material humano, empezando por el nuestro, y entrar en nuestras entrañas, en nuestro universo, hace que luego puedas adentrarte en profundidad en la vida de otros.

Da respeto mirar hacia dentro…

Sí, a la gente le da miedo lo que pueda encontrar. Algunos saben lo que es y no se atreven a que salga, y otros ni siquiera lo saben pero notan que hay algo. Lo que nos da miedo es encontrarnos con sentimientos de culpa y de vergüenza que son, por otro lado, de los más humanos. Parece que lo humano tenga que estar sesgado o castrado y sólo tengamos que seleccionar lo que conviene. Pero el ser humano lo es todo. Son los momentos de gloria, cuando te sientes con plenitud total de recursos, y los momentos de dolor, de imperfección, de torpeza y de infelicidad. Cuando realmente aprendamos a abrazarlo todo, seremos seres humanos completos.

Dices que no hay emociones positivas o negativas…

Existen emociones funcionales y disfuncionales y hay que descubrir cómo convertir estas últimas en las primeras. Usemos el ejemplo de la ira: si yo pretendo que estar bien es no sentir nada, no me moveré del sofá; pero si yo canalizo la ira, seguramente podré ir a la acción en muchos aspectos de mi vida. Transformaré mis deseos en realidad porqué estoy canalizando una energía que da mucha fuerza para activar lo que sea. Mal utilizada, la ira se convierte en un arma de destrucción masiva…

En tus clases hablas sobre como repetimos patrones disfuncionales. ¿Cómo se paran?

Una de las cosas que más me costó aceptar es que no lo paras si no que tomas conciencia de que está ocurriendo este patrón. Tomar conciencia significa que nos convertimos en observadores de nosotros mismos. Más que pararlo o eliminarlo, es decidir hacia donde dirigimos este impulso, disfuncional en su origen. Es escoger otro camino que creará una nueva conexión neuronal y des de ahí se podrá empezar a cambiar el hábito, esa conducta repetitiva que antes hacíamos inconscientemente y que nos hacía estar mal.

¿Y qué papel juega el teatro en todo esto?

La creatividad del teatro, como el arte en general, permite abrir unos campos, que yo llamo cuánticos (de posibilidades), donde se puede generar otra conexión. Ante el mismo estímulo, se puede dar una nueva reacción y romper el patrón disfuncional que se había creado. Hay que repetir esa nueva conexión de manera consciente porqué si se deja de serlo, se volverá a lo que se hacía antes. Pero ahí empieza el verdadero cambio.

¿Qué nos está pasando que estamos tan insatisfechos?

Que no nos sentimos libres. Pero eso, en el fondo, es miedo. Ser libre implica ser responsable de tu vida y la responsabilidad asusta. A veces, preferimos vivir sin hacernos responsables de nada y vivir una vida mediocre porqué no estamos escogiendo la vida que queremos vivir realmente. Pagamos un precio muy grande por ello. Y nos sentimos vacíos, agotados, estresados, amargados… Porqué no estamos cogiendo las riendas y no estamos haciendo escuchar nuestra voz. Puesto que si lo hiciéramos no podríamos culpar a nadie de nada y tendríamos que responsabilizarnos.

La responsabilidad nos asusta pero también el miedo a fracaso…

Exacto, pero es que hay que cagarla. Y cagarla una y otra vez es lo que te permite llegar hasta el final y salir de la zona de confort, en un lugar desconocido, donde puedas decir: “Bueno, lo dejo aquí” o decir: “¿Qué más puedo hacer para lograrlo?”. Y ahí empiezan a salir recursos que desconocías. Por eso es tan importante que la gente sepa lo que quiere hacer en la vida, sino no hay un impulso que nos tire hacia delante. Cuando sabes lo que quieres y la cagas es igual porqué sabes que vas por buen camino.

¿El teatro puede ayudar a los adolescentes en este proceso?

Les ayuda muchísimo a estar conectados con su vitalidad, sentirse empoderados, con fuerza, con recursos para descubrir sus habilidades, capacidades, dones y talentos y para llevarlos a la acción. También les hace de espejo. Se enfrentan a sus miedos, a sus sombras y por eso el teatro también es amor. Porqué cuando descubres esa zona oscura te das cuenta que forma parte ti y que hay que abrazarla, amarla para convertirte un ser humano completo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento