Higiene, imagen y estereotipos en la evolución de la lencería desde el siglo XVIII hasta ahora

  • La exposición 'Desvestidos: una breve historia de la ropa interior' muestra los aspectos práctico y personal, sensorial y de moda de las prendas de lencería.
  • Repasa desde los restrictivos corsés de 1880 y el debate social que generaron, hasta el desarrollo de los prácticos sujetadores del siglo XX y la ropa interior de lujo.
  • La muestra contiene más de 200 ejemplos de prendas para mujeres y hombres.
Corsé de seda de finales del siglo XIX
Corsé de seda de finales del siglo XIX
Victoria and Albert Museum, London
Corsé de seda de finales del siglo XIX

La lencería —que suele aplicarse a la ropa interior femenina y excluir, en otra muy reveladora paradoja de los diccionarios, a la de hombres— contiene algunas de las más cotidianas prendas de vestir, pero sigue funcionando como una extensión cultural emblemática de debate, interés, admiración y polémica. Una exposición en Londres, Undressed: A Brief History of Underwear (Desvestidos: una breve historia de la ropa interior), muestra los aspectos práctico, higiénico,  personal, sensorial y de moda de las prendas que llevamos bajo la ropa y sobre la piel —y también, en algunos casos, por encima—.

Con dos centenares de ejemplos de ropa interior para hombres y mujeres desde 1750 hasta hoy, la muestra, que organiza el Museo Victoria y Alberto (V&A) y estará abierta del 16 de abril al 12 de marzo de 2017, repasa desde los restrictivos y hoy arcaicos corsés llamados popularmente ratoneras, que ayudaban a que la cintura no superase la medida que se consideraba elegante según el estereotipo social, nada menos que 48 centímetros, hasta prendas de hombre de ahora mismo diseñadas para mejorar el aspecto del paquete que retiene los órganos sexuales.

Kate Moss y su vestido transparente

La exposición traza la evolución en el diseño de la ropa interior y explora las formas en que las prendas de vestir exteriores se han convertido en interiores y, al contrario, algunos elementos pensados como íntimos se muestran como parte de la imagen pública, sobre todo en el caso de las celebridades. Uno de los casos más relevantes fue el de la modelo Kate Moss, que en 1993 lució un vestido transparente de Liza Bruce que dejaba a la vista las bragas negras.

Además de modelos de lencería de lujo actual de diseñadores como Stella McCartney, La Perla, Rigby & Peller y Paul Smith, el museo explora las cambiantes nociones del cuerpo ideal y las formas y analiza cómo las telas, el diseño o los adornos pueden revelar cuestiones relacionadas con el género, la sexualidad o la moralidad imperante. Entre los objetos destacan en este sentido las polainas largas de algodón usadas por la madre de la reina Victoria, y un cinturón interno de hombre, pensado para ser usado durante la ceremonia del matrimonio, que reducía la cintura a la fuerza.

Kim Kardashian y David Beckham

Otros aspectos que abarca la exposición son la comodidad que supuso para las mujeres el desarrollo, a lo largo de todo el siglo XX, de los prácticos sujetadores, que sustituyeron y borraron del mapa en la vida cotidiana a los corsés, aún presentes pero de uso más relacionado con el aspecto y la sensualidad —como el que luce en alguna foto social la celebrity Kim Kardashian—, y la importancia del ajuste y la silueta, con ejemplos como el body de Mary Quant para ser usado bajo los leves vestidos de los años sesenta y la línea de calzoncillos que David Beckham promocionó para H&M en 2012

"Muchos diseñadores actuales están fascinados por la relación entre la ropa interior y la exterior, y la ropa interior y el cuerpo", dicen desde el museo organizador. Prometen que Undressed "mostrará cómo los diseñadores han cuestionado las ideas comúnmente aceptadas sobre lo privado y lo público, el género, el sexo y la desnudez" y anotan que desde el siglo XIX era habitual mostrar parcialmente la lencería para indicar "la calidad y la riqueza de la ropa interior de la persona".

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