El vapeo no termina de despegar: solo hay 220.000 consumidores, un 72% menos que en sus inicios

  • El País Vasco se convierte en la primera CCAA que prohibe el consumo de cigarrillos electrónicos en establecimientos públicos cerrados o semicerrados.
  • El número de consumidores, desde que se instauró su consumo en territorio nacional, ha pasado de 800.000 a los 220.000 que hay en la actualidad.
  • 'Pros' y 'contras' del cigarrillo electrónico frente al tradicional.
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.
EFE/Sebastien Nogier
Una mujer fumando un cigarrillo electrónico.

El Parlamento vasco ha aprobado este jueves la Ley de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias que prohibirá, con algunas excepciones, el consumo de tabaco y alcohol en recintos en los que se celebren eventos deportivos, como partidos de fútbol o pelota, y que impedirá fumar en determinadas corridas de toros. La norma, además, establece las mismas limitaciones para los cigarrillos electrónicos que para los convencionales.

De esta manera, el País Vasco se convierte en el segundo lugar de la Unión Europea, junto con Malta, que ya ha prohibido el uso de los dispositivos de vapor en establecimientos públicos cerrados y en eventos multitudinarios. El artículo 40 de la ley aprobada establece la prohibición de fumar "en todos los espacios cerrados y semicerrados de uso público, lugares accesibles al público en general o lugares de uso colectivo, con independencia de su titularidad pública o privada". Respecto a los cigarrillos electrónicos, el artículo 47 del texto indica que para "el consumo por dispositivos susceptibles de liberación de nicotina, se aplica el mismo régimen que el establecido" para el resto de medios de consumo de esta sustancia.

Los consumidores y los vendedores serán los grandes perjudicados de esta nueva ley. Solo en la comunidad autónoma vasca hay un total de 30.000 usuarios habituales del cigarrillo electrónico y más de 20 tiendas que comercializan estos dispositivos, de las cuales previsiblemente algunas tendrán que cerrar y se producirá un frenazo en las ventas del dispositivo. Esto significa una restricción más a un mercado que no termina de despegar.

Pequeño repunte a nivel nacional

Desde la Asociacion Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) manifiestan que "en paises como el Reino Unido o Francia, que son los lugares anti-tabaco por excelencia, se está regulando el cigarrillo electrónico de manera distinta al tradicional y se está promoviendo para incentivar a los fumadores a que se pasen a esta alternativa". Asimismo añaden que la prohibición del Parlamento vasco "va en una dirección totalmente contraria a lo que se está haciendo en el resto de paises europeos y a nivel internacional".

La ANCE, hizo públicos los datos del sector en España anunciando un incremento de la facturación en 2015 del 12% respecto a 2014. El sector del vapeo alcanzó durante el año pasado los 45 millones de euros, más de cinco millones que en 2014. Tras estas cifras, desde la Asociación prevén que para 2016, las ventas en España, tanto de dispositivos como de líquidos y recargas, se sitúen entre los 50 y los 52 millones de euros, beneficio que volvería a posicionar al sector como generador neto de empleo.

Este nuevo repunte se apoya por un lado en la profesionalización del sector, así como en el creciente número de voces médicas y científicas que han respaldado al cigarrillo electrónico durante el pasado año. Sin embargo, las cifras siguen siendo menores que las registradas cuando todavía era un producto nuevo en España en el año 2013, por lo que el mercado no se ha recuperado del todo.

Es destacable el porcentaje de consumidores que apuestan por el cigarrillo electrónico ha descendido un 72% desde que se introdujo en el mercado español entre finales del año 2012 y principios del 2013. En el último año, el número de usuarios ha aumentado un 10% hasta llegar a los 220.000 pero hay que recordar que, en 2014 se alcanzó el punto más bajo con 150.000 y en el momento de su salida al mercado llegaron a alcanzar los 800.000 vapeadores.

Consumo "casi anecdótico"

Uno de los miembros del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Rodrigo Córdoba, se muestra satisfecho frente a la prohibición de la práctica de vapeo en el País Vasco debido a que el vapor de los cigarrillos electrónicos "contiene partículas que no son saludables" y comparado con no consumirlos "los niveles nocivos son entre 6 y 8 veces más altos que los que recomienda la Unión Europea porque no son productos inocuos". Córdoba además piensa que "hay argumentos científicos suficientes para que no se consuma en espacios cerrados y es un avance que se debería extender a todas las comunidades autonomas".

Respecto a esta posibilidad de que otras CCAA sigan el ejemplo del País Vasco, el miembro del CNPT no cree que se extienda debido a que "la situación que hay en España es tan minoritaria que no se plantean su prohibición". "El consumo de estos productos en nuestro país es casi anecdótico", declara.

Cataluña también inició una discusión sobre la prohibición de los cigarrillos electrónicos hace unos meses, sin embargo la resolución no fue concluyente por lo que no se tomó ninguna decisión equiparable.

Desventajas y ventajas del cigarrillo electrónico

  • Es adictivo: Los cigarrillos electrónicos también contienen —aunque en un menor porcentaje al de los cigarrillos tradicionales— un cantidad de nicotina que mantiene la adicción y es perjudicial para la salud.
  • No ayuda a dejar de fumar: No constituyen un método probado para dejar de fumar, independientemente del uso que cada vapeador pueda hacer de ellos. Por lo que, al no mostrar una utilidad clara como instrumento del fumador a la hora de dejar de fumar, es más evidente el riesgo de recaída que conlleva su consumo en los ex fumadores.
  • No son productos inocuos: Los vapores que se aspiran del cigarrillo electrónico no son saludables para los pulmones o para el corazón. La mayoría de estos productos contienen nicotina, que produce taquicardias y problemas cardiovasculares y otros materiales perjudiciales cuando se inhalan varias veces al día.
  • Sustancias no aptas para su inhalación: Algunos de los componentes aromáticos están autorizados para su uso como alimentos que se ingieren a través de la vía oral pero no  para ser inhalados, por ello podrían ser perjudiciales también para los pulmones y para la salud en general.
  • Su venta está menos contralada: Una cuestión importante a tener en cuenta acerca de los cigarrillos electrónicos es que su comercialización y venta no son controlados por ninguna organización.
  • No existe el vapeador pasivo: Algunos estudios científicos han concluido en similares resultados, apuntando a que la tipología de sustancias presentes en el vapor exhalado, así como su concentración y tiempo en suspensión, no presentan en términos reales un riesgo para terceras personas debido a la ínfima presencia de sus compuestos en el aire (nicotina glicerina y propilenglicol) y el prácticamente nulo tiempo que estos se encuentran en suspensión.
  • Diferente al cigarrillo tradicional: La legislación europea diferencia claramente entre ambos productos (con normas distintas para uno y otro), así como la de todos los países de la UE (excepto Malta). De igual manera, la actual regulación estatal (de las más restrictivas a nivel europeo) diferencia entre ambos productos.
  • Más baratos: Otro de los beneficios de los cigarrillos electrónicos es su coste. Los electrónicos son mucho más baratos que los cigarrillos de tabaco. Tal vez en un principio, el gasto es un poco alto, ya que todo el equipo puede costar de 30 € a 90 €; pero el costo mensual  puede ser la mitad de lo que un fumador gasta en cigarrillos regulares, dependiendo de la frecuencia con la que utilice el dispositivo.
  • Menos tóxico: Es ocho veces más tóxico el cigarrillo tradicional que el electrónico, a pesar de que esto no quiere decir que no sea tóxico en términos generales.
  • No tiene combustión: El líquido del cigarro electrónicon se convierte en vapor, se produce una vaporización, no una combustión —cosa que sí ocurre con los cigarros convencionales— lo que supone una diferencia en las nuevas sustancias que se puedan generar.
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