El diputado de Chunta Aragonesista (CHA) en las Cortes de Aragón, Gregorio Briz, ha emplazado a "no quedarnos en la política hidráulica del siglo XIX, con Joaquín Costa", y ha pedido a los partidos "más altura de miras" en la elaboración de los planes de cuenca, al recordar que su formación rechaza el actual Plan Hidrológico del Ebro.

En rueda de prensa, Briz se ha referido al rechazo este martes en el Congreso de una propuesta de Esquerra Republicana de Cataluña que solicitaba la revisión del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, que contó con los votos en contra, entre otros, de cuatro diputados socialistas aragoneses que se saltaron la disciplina de voto cuando el grupo del PSOE se abstuvo en este debate.

El parlamentario de CHA ha observado que la situación en el Congreso es "absolutamente esperpéntica" porque el Gobierno en funciones continúa aprobando "cosas que no sabe quién las aplicará, se vota una cosa y la contraria, se entremezclan con los intereses nacionalistas". "Es absolutamente esperpéntico, ni Valle-Inclán lo mejoraría", ha afirmado.

En CHA "hemos estado siempre en contra de los planes de cuenca, del trasvase" y en su oposición a los planes hidrológicos "estábamos solos y aislados, pero ya hay partidos que se suman" a esta opinión.

Briz ha considerado que el plan de cuenca del Ebro plantea "obras faraónicas", como el recrecimiento de Yesa, "que son lesivas e inundan los valles pirenáicos, son nefastas" y, mientras tanto, no se cumplen los objetivos medioambientales y la directiva marco del agua".

Detrás de todos los planes de cuenca "hay una mercantilización del agua" y con las concesiones de regadío "los regantes podrán usarlas para vender el agua al mejor postor", algo que "es peligrosísimo". En su opinión, hay que acordar un caudal ecológico "adecuado" para el Ebro, que respete el Delta y las necesidades de agua en Aragón.

Diferencia "clara"

Gregorio Briz ha manifestado que en el acuerdo de gobierno con el PSOE en Aragón "dejamos claro que CHA no defendería proyectos no sostenibles desde el punto de vista económico y medioambiental".

Ha recalcado que el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro supone una "mercantilización del agua que es un proceso abominable", por lo que las diferencias entre ambos partidos en esta materia "son claras".