La temperatura de bienestar debe estar en torno a los 26 ºC.
La temperatura de bienestar debe estar en torno a los 26 ºC.
JORGE PARIS

A la conquista del confort térmico

La temperatura ideal para trabajar de forma confortable está regulada en España desde hace casi 20 años. El Real Decreto 486/1997 establece que en los locales donde se realicen trabajos sedentarios la temperatura debe oscilar entre 17 y 27 °C, y entre 14 y 25 °C si los trabajos requieren más movimiento. Estos son los valores legales, pero también existen los valores ideales. «Los valores ideales están relacionados con el concepto de confort térmico –explica Javier Llaneza, presidente de la Asociación Española de Ergonomía–.

El confort térmico es una respuesta individual que depende de una serie de parámetros ambientales, como la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del aire, pero también de aspectos más personales, como el metabolismo o incluso la ropa». En su Guía práctica de la energía, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDEA) aconseja que la temperatura de confort en verano esté en los 26 ºC, una temperatura más que suficiente, dice la guía, para sentirse bien si se lleva una ropa ligera.

Sin embargo, el último Índice de eficiencia energética en el hogar, realizado por Gas Natural Fenosa, expone que en el 64% de los hogares pro-graman el aire acondicionado por debajo de los 23 ºC.

Para Javier Llaneza, el aire acondicionado es el mejor sistema para aclimatar el espacio. «En la historia encontramos otras estrategias para atenuar los efectos del calor, como buscar la sombra, los abanicos, los ventiladores de energía mecánica, los humidificadores o incluso los remedios para mejorar la predisposición al sueño, como son la ducha fría o humedecer las sábanas.

Pero todo esto son propuestas un poco más light y menos eficaces que el aire acondicionado», concluye. El consumo energético de los aparatos de aire acondicionado no supera el 1% anual, aunque según el noveno Índice de eficiencia energética en el hogar es uno de los usos que más margen de mejora ofrece. En concreto, el índice cifra esta mejora en un 18,3%, que en términos de energía se traduce en un ahorro anual de 2.620 GW y en unos 480 millones de euros para el conjunto de la población.

El ahorro y la eficiencia energética de los aparatos de aire acondicionado comienza en la elección del mismo: cuanto más cerca de la A en el etiquetado energético, mejor.

La elección es importante, pues el IDAE cifra en un 60% las diferencias de consumo energético entre unos aparatos y otros en gamas semejantes.

Además del correcto mantenimiento del aparato, el IDAE recomienda también otros recursos para bajar la temperatura de viviendas y oficinas, como son instalar toldos, bajar persianas y cerrar cortinas durante las horas más calurosas del día.