Lady Gaga: La reina del más puro excentricismo cumple treinta años con boda y álbum a la vista

  • La artista nació el 28 de marzo de hace 30 años.
  • Lo ah celebrado con una fiesta el día anterior, a la que fue con un vestido que simulaba un regalo.
  • Este año habrá boda con su prometido y sacará nuevo álbum.
Lady Gaga
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GTRES
Lady Gaga

Escandalosa, única, original, excéntrica, llamativa, extrañamente fea o guapa según se mire o cuándo, provocadoramente distinta: Lady Gaga, que acaba de estrenar la treintena (28 de marzo), lo tenía todo para triunfar. Más aún si, además de ser diferente, su voz era y es exactamente como ella, distinta. Una mezcla amplia de registros con los que en 2008 triunfó.

Lo hizo con un trabajo cuyo título llevaba la ambición bien expuesta: The Fame. Había intentado antes el ansiado hueco que le dieron canciones de este trabajo como Just Dance, Paparazzi y Poker Face. Las letras y los temas (drogas, sexo y fama) ayudaban y ayudaron pero, en su caso, la imagen y las maneras fueron una parte importante de la llamada de atención; tanto de los que se aprendieron sus estribillos como de los que ni siquiera conocían (ni intención tenían) cómo se titulaban sus canciones.

Lady Gaga era ya una forma, un calificativo, un nuevo símil. Ocho años después mantiene al menos esa corona (otro asunto es ya la fortuna de sus últimos trabajos musicales), dice adiós a los 20 y celebra –lo hizo el domingo con una fiesta por todo lo alto– una edad que la aleja un poco de eso que el tiempo cura siempre, la juventud.

Para perder la veintena se vistió de regalo. Literalmente, no hay metáfora en su vestido, muy ochentero (megahombreras sin compasión), de un dorado más brillante que cualquier anuncio de champán. Ella y, bien cogidos de la mano, su prometido el actor Taylor Kinney entraron un día antes de la fecha del cumpleaños en el No Name Club de Los Ángeles (California). Kate Hudson, Taylor Swift, Kylie Minogue, Lana Del Rey, John Legend, Chrissy Teigen, Lorde y Nick Jonas fueron algunos de los que acompañaron a Gaga a cruzar la frontera.

El personaje se mantiene: ocho años (son los que han pasado desde que debutó) han dado para mucho, sobre todo han abierto bien los brazos con sus vídeos y sus actuaciones a gente de todo tipo, condición y sexualidad. También con sus trajes ha reclamado espacio para la diferencia, sea cual sea, y de paso o con igual intensidad e intención han desafiado a cualquier otra artista anterior o contemporánea.

Y ha ganado de largo y lejos: no ha habido igual. Veremos si la habrá. El listón ahí está muy alto: desde sus máscaras (al principio casi nadie sabía cómo era su cara) hasta sus vestidos, pasando por sus megaplataformas o afiladísimos y dalinianos tacones. Probablemente habría sido la reina de muchos de los cuadros de Dalí.

Un año después de su debut, Stephanie Joanne Angelina Germanotta (su verdadero nombre) regresó con The Fame Monster, que le dio el título definitivo de diva del pop. Y eso que la neoyorquina aún no había dado toda la guerra que pretendía... fue en 2011 con su álbum más controvertido: Born This Way. Variaba el rumbo, aquí más electrónico y rockero, pero era lo que decían las letras lo que disparó las polémicas. Algunos grupos religiosos se sintieron atacados hasta el extremo con Judas y Born This Way, por la crítica que Gaga hace en ellos de la religión, y sobre todo por sus cuchillos hincados en la carne más tierna del cristianismo.

Después la repercusión fue mucho menor de la esperada con Artpop. Tras él, grabó a dúo Cheek to Cheek con Tony Bennett. El disco que viene determinará si recupera pronto su lugar en la música. La fecha, como su boda, este 2016. ¿Le devolverán los recién estrenados 30 la corona?

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