Breivik se queja de la soledad y la comida precocinada que le sirven en la celda

  • "Hubiera preferido que me dispararan antes que ser tratado peor que un animal", ha lamentado Breivik.
  • Breivik ha declarado que encuentra "molestos y ofensivos" los regulares registros al desnudo y ha lamentado que se siente solo por no recibir visitas.
El ultraderechista Anders Behring Breivik (d), autor de los atentados de julio de 2011 en Noruega, a su llegada a la sala del juzgado en la prisión de Skien (Noruega).
El ultraderechista Anders Behring Breivik (d), autor de los atentados de julio de 2011 en Noruega, a su llegada a la sala del juzgado en la prisión de Skien (Noruega).
EFE/Lise Aserud
El ultraderechista Anders Behring Breivik (d), autor de los atentados de julio de 2011 en Noruega, a su llegada a la sala del juzgado en la prisión de Skien (Noruega).

El responsable de las matanzas de Oslo y Utoya (Noruega), Anders Behring Breivik, ha denunciado este miércoles ante un tribunal que Noruega está violando los Derechos Humanos al mantenerle incomunicado y recluido en condiciones "humillantes", afirmando que la comida precocinada que le sirven es una tortura peor que la "asfixia".

"Durante cinco años el Estado ha intentado matarme con este trato. Hubiera preferido que me dispararan antes que ser tratado peor que un animal", ha lamentado Breivik, quien ha señalado que solo el credo nazi le ha permitido seguir viviendo. El preso, de 37 años de edad, argumenta que es víctima de un trato degradante que viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos, encerrado en una celda de tres habitaciones y con el único contacto diario del personal de prisiones y otros profesionales.

No obstante, el Gobierno ha rechazado que se haya dado un trato inhumano al reo, que en 2011 mató a 77 personas en Oslo y en la isla de Utoya, y ha apostillado que recibe el tratamiento apropiado para un fanático peligroso.

Durante su intervención en el proceso, que se ha celebrado en la prisión noruega de Skien, la Abogacía del Estado ha explicado que Breivik dispone de su propia cinta para correr, una PlayStation, una bicicleta estática y un sillón reclinable con reposapiés. Para entretenerse el reo también ha recibido periódicos, revistas, libros, puzles, vídeos en DVD y un discman para escuchar música. Además, participó en un concurso navideño de pan de jengibre.

Asimismo, Breivik ha declarado que encuentra "molestos y ofensivos" los regulares registros al desnudo y ha lamentado que se siente solo por no recibir visitas. "Lo peor es la soledad. Estoy encerrado 23 horas al día", ha respondido el recluso durante el turno de preguntas de su abogado. Sin embargo, la Abogacía del Estado ha señalado que Breikiv ha rechazado jugar a las damas con voluntarios de prisiones y al hockey indoor con guardias del recinto.

En este sentido, la funcionaria del Estado, Adele Matheson Mestad, ha argumentado que el preso ha recibido y enviado cerca de 4.000 cartas, de las cuales solo un 15 por ciento han sido confiscadas por las autoridades de la prisión. Mestad ha explicado que el reo está intentando contactar con otros renombrados nazis, "entre los cuales podría encontrarse un nuevo Breivik".

Muchos de los supervivientes quieren dejar a un lado el caso, continuar con sus vidas y olvidar a Breivik detrás de las rejas de su celda. "Todo el asunto es un chiste", ha afirmado el padre de una de las víctimas, Freddy Ley, tras la testificación del recluso. "Muchos lo tienen peor que él. No solo en prisión. Nosotros, los familiares, los olvidados, lo tenemos diez veces peor que él y tenemos que vivir con ello", ha añadido.

Muchos de los familiares que estaban siguiendo el juicio han estallado en risas después de que Breikvik protestara por las comidas precocinadas, el café frío y la cubertería de plástico.

En la sesión de este martes, el reo no ha repetido el saludo nazi con el que se presentó en la vista anterior y que le costó la reprobación de la jueza Helen Andenaes Sekulic. Aunque, en esta ocasión, Breivik ha señalado que es seguidor del nacionalsocialismo desde los 12 años de edad. "Leí el 'Mein Kampf' cuando tenía 14 años. Estos principios son los únicos motivos por los que me mantengo con vida a día de hoy", ha subrayado.

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