Cárcel para una madre y su hijo por tener a dos perros amarrados, sin agua y entre heces

La Audiencia Provincial de Cantabria ha confirmado la condena de seis meses de prisión a un madre y su hijo por un delito de maltrato animal. Ambos habían adoptado dos perros en una protectora de animales con la intención de que cuidaran una casa que tenían en Treto, pero una vez allí, permanecieron "durante años" amarrados, viviendo entre heces, sin agua limpia y sin ninguna atención veterinaria, ni siquiera la vacunación reglamentaria.

Como consecuencia de este estado, uno de los animales presentaba "unas condiciones de salud extremas que le causaron la muerte a las 24 horas de su rescate", señala la Audiencia en su sentencia. El otro perro sufría "un estado de desnutrición y atrofia muscular graves, así como una importante parasitosis intestinal que de no haber sido inmediatamente tratada hubiera podido originar su fallecimiento".

La Audiencia confirma así la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal nº 1 de Santander, cuya titular decidió condenar a los cuidadores al considerar probada la situación de abandono en que vivían los animales.

Según relataba la juez en los hechos probados de su sentencia, el perro que falleció estaba aquejado de una cardiomiopatía dilatada canina "motivada por la presencia de parásitos intestinales no tratados y por la situación de abandono generalizado que sufría". El otro animal mostraba una "marcada delgadez y atrofia muscular", así como una parasitosis intestinal, "que causaban un dolor insoportable al animal".

La situación en que vivían los animales se conoció por las dos visitas que representantes de la protectora de animales realizaron al lugar. En la segunda, decidieron llevarse a los perros, que fueron trasladados a una clínica veterinaria.

"Sufrimiento gratuito y prolongado en el tiempo"

La Audiencia, tras revisar toda la documentación y la celebración de la vista en el Juzgado, llega a la misma conclusión que la juez de instancia, al afirmar que los acusados no prestaron "las mínimas atenciones básicas de alimentación, higiene y cuidados".

Y refuerza esta tesis al señalar que obligaron a los animales "a permanecer durante años amarrados en un lugar aislado, sin prestarles atención ni cuidados veterinarios mínimos, sin desparasitarles ni vacunarles, y sin ni tan siquiera procurarles agua limpia, ni retirarles las heces".

Tal situación, a juicio de la Audiencia, "comprometió gravemente su estado de salud, provocando en ambos animales un sufrimiento gratuito y prolongado en el tiempo, que generó en ambos lesiones graves que incluso en el caso de uno de ellos provocaron su fallecimiento".

Además, tal y como señala en la sentencia, las dolencias sufridas por el otro animal, "por su gravedad podían haber originado su fallecimiento", lo que no aconteció por el tratamiento posteriormente administrado.

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