Manuel Burque: "Por Berlín caminas esperando que te caiga alguna bronca"

  • El actor coprotagoniza 'Buscando el Norte' la comedia de Antena 3 en la que interpreta a Salva, un español que intenta buscarse la vida en Alemania.
  • El rodaje se ha llevado a cabo en la capital alemana y el actor cuenta cómo ha sido la experiencia en una ciudad que ha acabado por enamorarle.

En la comedia Buscando el Norte, de Antena 3 (miércoles, 22.40 h), Manuel Burque se mete en la piel de un emigrante español que está buscándose la vida en Berlín. El actor consiguió una nominación en los Goya con Requisitos para ser una persona normal y ahora coprotagoniza esta comedia.

Se da la paradoja de que para trabajar en una serie sobre irse a trabajar fuera han tenido que irse a trabajar fuera... ¿eso ayuda a ambientarse?

No tanto a la hora de meterse en los personajes, porque nosotros vamos a rodar a Berlín muy bien cuidados, no sentimos la emigración de una forma intensa, pero sí ayuda a la hora de vivir Berlín, la temperatura, la cultura, cómo es la gente, los choques idiomáticos... todo eso te ayuda a entender lo que puede sentir alguien que llega nuevo a Berlín.

¿Era Berlín como se lo esperaba?

Siempre me habían hablado muy bien de Berlín, que impacta mucho y la verdad es que no me defraudó, ahora soy uno de los que dicen que es la capital del mundo, como Nueva York. Es increíble la mentalidad artística, cultural y abierta que hay. Está todo lleno de vida y cultura y es una ciudad muy responsable social, sostenible y políticamente.

Vamos, que le ha costado más volverse que ir...

Bueno, la verdad es que en la segunda tanda de rodaje que hicimos hacía mucho frío y eso tiene un límite. Pero yo me fui diciendo que si no fuese por el idioma me iba allí a vivir. Lo único malo que tiene es la comida, que es un poco repetitiva.

¿Se dieron en el rodaje alguna de las situaciones que aparecen en la serie?

Pues hay un momento en que te echan broncas, vas por Berlín y te dicen "por favor, no te pongas en el carril de la bici". Y ya vas con la sensación de que te va a caer una bronca, es como estar en 3º de EGB y estar haciendo una gamberrada en el pasillo. Y como el idioma es tan fuerte tú ya anticipas broncas, cuando a lo mejor sólo te están preguntando algo.

¿Qué tal nos ven a los españoles?

Los españoles se han generado a sí mismos una especie de mala fama y hay sitios donde no están bien vistos. Alguna vez nos pasó en algunas discotecas te preguntan ¿eres español? Y si eres español igual no entras. No sé si es porque la hemos montado muchas veces. Creo que es un choque cultural muy fuerte.

Hablando de salir fuera, ¿cómo fue cuando usted se fue de casa de sus padres?

Pues mi personaje, que es gallego y lleva dos años en Berlín y le va fatal, pero sobrevive. Creo que eso lo tenemos los gallegos , la superviviencia fuera la llevamos en los genes. Cuando yo me fui de casa lo tuve muy fácil, mi familia me dio todo para que pudiera irme a Salamanca a estudiar. Soy un poco niño mimado.

¿Ni una pega?

Cuando me fui a trabajar de camarero a Nueva York, justo cuando las Torres Gemelas. No tenía yo un gran inglés por entonces y el inglés neoyorkino es muy duro. Me pusieron de ayudante de camarero en un restaurante italiano y fue durísimo. Recibía muchas broncas.

Se ha unido a la lista de actores que se han transformado drásticamente para un papel...

Yo era una persona delgada y engordé 15 kilos para Requisitos para ser una persona normal y cuando acabé la peli a los dos meses ya los había perdido, porque mi metabolismo es muy alto y a mí me costó mucho más engordar. Eso fue el sufrimiento, le cogí manía a comer. Encima me pagaban las compras, era como un caballo de carreras, o un cerdo, depende de la sofisticación. Iba al súper y hacía una compra que te haría llorar de emoción, pero lo malo era que me lo tenía que comprar en un cuarto del tiempo en el que te lo comerías normalmente.

Pues parecen todo ventajas, la verdad.

Era muy duro, es que tenía hasta que recenar, antes de irme a la cama. Y me prohibieron el ejercicio físico, tenía que comer y estar sentado en el sofá, me prohibieron hasta el sexo.

¿Cumplió esa norma?

Cumplí, fui como un militar.

Salva, en la serie, tiene un amor propio que incluso le lleva a pensar que puede revertir con su encanto la homosexualidad de Carol...

A mí Salva me hace gracia. Es un cafre, es un bocazas que siempre mete la pata, pero en el fondo es un inseguro que no se quiere a sí mismo, pero ha aprendido a tirar para adelante. Prefiere negarlo todo que aceptarse como es. Es un pobre hombre y en lugar de aceptar que no puede tener nada con Carol, dice que la va a cambiar. Pero no lo hace por intolerancia ni nada de eso, es que si asume que no puede hacerlo, si hay una rendija que le muestre que es un fracasado, se le cae el mundo encima.

Hablando de ligar... ¿liga más ahora?

Es un tema complicado... el estatus de que te conozcan te da un puntito de atractivo que le pasa a futbolistas, escritores, banqueros... o incluso a un campeón de videojuegos. Y luego está el hecho objetivo de que como te conocen más, accedes a más personas. Tampoco he tenido nunca grandes problemas para eso... (risas).

Dice en Twitter que los pelirrojos tienen un acento propio.

Desde hace tiempo me hace gracia defender mi pelirrojía (término que me acabo de inventar). Hay muchos cómicos pelirrojos y creo que es porque dentro de que pertenecemos a una raza blanca privilegiada somos una minoría y podemos vivir el sufrimiento desde la comodidad y eso nos hace ir hacia la comedia. Cuando eres pequeño y eres pelirrojo te miran diferente, eso es una realidad, así que vivimos una discriminación cómoda, que te hace tomarte la vida con humor.

¿Tenía mote de pequeño?

Mi apellido es mi mote, me llamaban Burque en el colegio. Eso me gustaba porque nadie se llamaba como yo y un pelirrojo tiene que defender su singularidad.

¿Los pelirrojos tienen más suerte con las pelirrojas, que suelen ponerse como mito?

Que va, eso fatal, fatal (risas). Nos detestan. Yo creo que ellas saben que a nivel biológico y reproductivo tienen mucho valor y nunca van a desperdiciar sus genes con otro pelirrojo, tienen que expandirlos. Nos rechazan. A no ser que seas Michael Fassbender, que nadie te rechaza. Ellas han vivido la tragedia de niñas de ser pelirrojas, no se van a juntar ahora con otro.

¿Qué esconde tras la barba?

Nada, creo que parezco más joven sin barba... y pierdo carisma. La barba es el camuflaje de los feos. Si eres feo te convierte en normal y si eres guapo te convierte en Dios.

Se moja usted mucho en cuestiones políticas, ¿quién tiene la culpa del exilio?

Es un tema complejo, pero creo que es una culpa colectiva. La cultura española ha permitido la corrupción porque hasta hace poco no se veía como algo tan malo. Creo que hay muchos políticos del PP que lo que hacían no lo veían mal, lo veían como ser listos. Todos conocemos a alguien que ha copiado en un examen, que evade impuestos... y encima lo argumenta y lo defiende.

¿Nos quitaremos algún día de encima la picaresca?

Yo creo que está cambiando, muy poco a poco, con generaciones que están más concienciadas, que son más sostenibles, pero durante años todos hemos sido un poco cómplices.

¿Está muy enganchado a las redes sociales?

Lo estuve. Durante algún tiempo yo era un tuitero, más que una persona. Tengo tuits que son irreverentes que me podían condenar. Pero me cansé, se masificó... y ya no me hacía gracia ser irreverente cuando lo era mucha gente. Ahora lo he retomado para reflexionar sobre cosas, porque todos los que tienen una voz, los que son un poco más conocidos, tienen una responsabilidad.

¿Y sirve de algo esa voz?

A cualquier lucha, ya sea contra el maltrato animal o la defensa de los galgos... si se suma un actor, un escritor, un deportista, van a hacer muchísimo por ese tema. Tenemos que responsabilizarnos.

¿Atrae muchos trolls?

De momento no lo he notado, pero me gustan incluso. Tiene que haber una libertad para decir lo que se quiera en las redes, pero después está la mala educación de insultar a alguien. Es como si lo hicieras por la calle, como si el anonimato fuera ir disfrazado por la calle e insultar a alguien a la cara. Es un medio muy nuevo y hay un margen de error muy grande.

¿Cine español sí o no?

He estado en el festival de cine español en Córcega y es brutal la opinión que tienen del cine español fuera, de buena. Nos decían, "vosotros en España no valoráis lo que tenéis, hacéis un cine que está muy bien pero luego lo criticáis".

Nos vendemos mal, ¿no?

Sí, nos pasa como en la cocina. Ahora estamos empezando a defender más la cocina española y se está viendo la riqueza que tiene. La hemos estado vendiendo mal. Pero eso lo hemos conseguido corregir y exportar y aquí ninguno criticamos nuestra comida. Eso se tiene que expandir al resto de ámbitos, a la cultura, a la literatura, al cine... llevamos dos años de películas impresionantes.

BIO: Nacido en Canarias (1980) pero criado en Galicia, es guionista (Perdona si te llamo amor), actor y cómico. Se licenció en Comunicación Audiovisual.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento