La belleza estética tolera nuevos adjetivos: etérea, extravagante, dramática, grotesca, intrincada...

  • La influyente trienal de diseño de vanguardia del Cooper Hewitt del Smithsonian reúne a 63 creadores radicales que cuestionan todos los clichés sobre la belleza.
  • Exponen 250 trabajos textiles, gráficos, industriales, arquitectónicos...
  • Página web con todas las obras de la muestra 'Beauty'.
Escultura para llevar como accesorio diseñada por Ana Rajcevic
Escultura para llevar como accesorio diseñada por Ana Rajcevic
© www.fernandolessa.com.br
Escultura para llevar como accesorio diseñada por Ana Rajcevic

El término belleza, como advertía el recién fallecido semiólogo Umberto Eco, tiene un  recorrido largo y sinuoso. El escritor, que dedicó al asunto un par de libros complementarios Historia de la Belleza e Historia de la fealdad [vídeo del escritor leyendo la obra, en inglés], llegó a afirmar que la belleza es en sí misma "aburrida", porque obliga a la repetición de ciertos cánones y el cumplimiento de un estándar que, al ser colectivo, es ajeno. "Dormía y soñé que la vida era belleza; desperté y advertí que es deber", decía el filósofo Immanuel Kant quizá hablando de la misma idea.

Aunque con frecuencia aunamos lo bello con lo bueno —y nos equivocamos al hacerlo, como demuestran los resultados perversos de cierto tipo de belleza, como, por ejemplo, la atómica o la de un fusil de asalto AK 47, éxito de masas entre las armas y modelo para ostentosos enloquecidos: fabricado en oro se pelean por él algunos millonarios—, la belleza, como nos previno Sócrates, "es un reino muy corto". Los cambios más recientes en el ideal de lo hermoso implican el emparejamiento de la belleza con adjetivos nunca antes mencionados.

Trienal temática

La de hoy puede ser una belleza estética pero también reúne alguna de estas características: etérea, extravagante, dramática, grotesca, intrincada, transgresora... Eso opinan los organizadores de una de las citas más influyentes del diseño de vanguardia, la trienal temática que organiza el Museo Cooper Hewitt de Nueva York, el centro dedicado al diseño del Instituto Smithsonian. La quinta edición, que está en cartel hasta el 21 de agosto, se titula Beauty (Belleza).

La cita congrega 250 trabajos, del diseño textil al gráfico, el industrial, los juegos interactivos o la arquitectura, de 63 creadores de todos los continentes —ningún español figura entre los seleccionados—. Los organizadores, según explica la directora del museo, Caroline Baumann, quieren exhibir proyectos que ponen de relieve el "poder transformador de la innovación estética" y parten de una actividad creativa que desea "acoplar la mente, el cuerpo y los sentidos" de una "forma asombrosa y con funciones sorprendentes".

Siete 'lentes' para la 'nueva belleza'

La trienal de este año está montada en siete secciones o "lentes" para aplicar a la nueva belleza. Las categorías están directamente relacionadas con la estética (extravagante, etérea e intrincada), la sociología (transgresora), la materia prima utilizada (elemental), el uso final (transformadora), la novedad de la propuesta (emergente).

Los trabajos son muy diversos tanto en escala como en procedencia geográfica o étnica: hay desde colecciones de moda del sudafricano Laduma Ngxokolo inspiradas en el vestuario tradicional de los xhosa, mayoritarios en el país, hasta la colección de joyería Wrinkles, de Noa Zilberman, de Israel, que ofrece accesorios de oro con un diseño tribal en el que no se usan en zonas habituales sino, por ejemplo, sobre las cejas.

'Idea intoxicante'

Esta es una selección de algunos de los diseños que, como dicen los organizadores, demuestran que la belleza es una "idea intoxicante", perseguida por artistas y filósofos desde hace milenios, pero de límites cada vez más amplios, desde "una respuesta humana fugaz" hasta la "búsqueda de objetos duraderos e ideales".

Añaden, citando a Alexander Nehamas, "encontrar algo hermoso es, precisamente, no haberlo encontrado del todo, pensar que tiene algo más que ofrecer", porque la experiencia de la belleza debe ser "visceral y no sólo visual", debe "golpear los sentidos", buscar la "erupción de la sensualidad" y "aportar un valor añadido e infinito al mundo en que vivimos".

Animación en forma y crecimiento

El trabajo en animación 3D del británico Daniel Brown utiliza fórmulas matemáticas para generar flores hyperrealistas. La belleza de las especies florales digitales se deriva de su "franca irrealidad".

Desde que se quedó paralizado desde la parte superior del pecho tras una lesión medular en 2003, Brown ha empleado tecnologías adaptadas para seguir creando obras artísticas. No puede trabajar con las manos, pero sólo necesita generar líneas de códigos matemáticos para sus obras.

La materia importa

La arquitecta Neri Oxman, que ahora es profesora en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, fundó durante sus estudios de doctorado en el prestigioso centro tecnológico el grupo la Materia Importa. La idea es que las técnicas de diseño y producción digitales pueden mejorar la relación entre las construcciones humanas y el medio ambiente.

Oxman ha acuñado la expresión "ecología del material" para describir el estudio, diseño y fabricación de edificios, productos y sistemas que integran procesos generados por computadoras que adviertan del impacto ambiental y ofrezcan soluciones para minimizarlo.

'Freaks' en África

Afreaks es una colección de criaturas fantásticas creadas por los Hermanos Haass en colaboración con Monkeybiz, una ONG que agrupa a mujeres artesanas de Khayelitsha, en las afueras de Ciudad del Cabo (África del Sur).

La intención de los artistas es integrar a las mujeres desposeídas y especialmente pobres que participan en la iniciativa en la creación de un mundo poblado por seres que pueden ser tildados de freaks (raros).

Ecos de luz

Aron Koblin, artista y diseñador especializado en tratamiento de datos, firma el vídeo Light Echoes (Ecos de luz), montado a partir de datos en bruto aportados en directo a través de redes comunitarias.

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