Crean la primera prótesis en el mundo que permite experimentar sensaciones reales

  • Permite movilidad libre y responde de manera estable a peticiones cerebrales.
  • Se compone de un sistema de electrodos conectados a los músculos y los nervios.
  • Un paciente con un brazo amputado por encima del codo, ha sido la primera persona en utilizar la tecnología y le ha permitido desarrollar una vida normal.
  • Se espera que durante este año más de diez personas puedan disfrutarlo.
Magnus, el primer paciente en utilizar la prótesis conectada directamente con el hueso, los músculos y los nervios del brazo, realizando sus tareas diarias.
Magnus, el primer paciente en utilizar la prótesis conectada directamente con el hueso, los músculos y los nervios del brazo, realizando sus tareas diarias.
Investigación y Desarrollo
Magnus, el primer paciente en utilizar la prótesis conectada directamente con el hueso, los músculos y los nervios del brazo, realizando sus tareas diarias.

Se conecta directamente a los huesos, nervios y músculos, permite que la persona experimente sensaciones, movilidad libre y se maneja usando la mente.

El mejicano Max Ortiz, que vive actualmente en Suecia ha sido el creador de una nueva prótesis de mano que se convierte en una extensión del propio cuerpo humano a través de la osteointegración. El dispositivo se conecta directamente al hueso a través de un implante de titanio, y gracias a la neuronal y las interfaces de unión del músculo, se consigue un control robusto e intuitivo de la extremidad artificial con sólo pensar en que es posible mover la extremidad.

Gracias al sistema de electrodos que están conectados en los músculos y los nervios se obtiene una señal estable de las peticiones cerebrales, lo que permite un control preciso como el manejo de un huevo sin romper. También proporciona sensaciones como si se tratara de una mano real.

Magnus, un paciente con un brazo amputado por encima del codo, ha sido la primera persona en utilizar la tecnología y, desde 2013, le ha permitido desarrollar una vida normal en el trabajo, volviendo a su actividad como operador de maquinaria pesada en la frontera entre Suecia y Finlandia, e incluso, manipular un huevo sin romperlo.

El dispositivo consta de dos partes: un implante y una prótesis. La primera parte requiere cirugía para poder incrustar una pieza de titanio en el hueso y conectar un sistema de control a los músculos y los nervios. La segunda corresponde con una prótesis removible, manteniendo una conexión mecánica con el hueso y una conexión eléctrica con los electrodos implantados. Este componente robótico puede ser retirado, por lo que el paciente puede mojarse.

Alrededor de 400 personas en todo el mundo ya tienen un implante de titanio, pero sólo dos cuentan con el sistema de electrodos implantados en los nervios y músculos. Se espera que durante este año más de diez pacientes puedan disfrutar del sistema de control neuronal.

La investigación se llevó a cabo en la Universidad Tecnológica de Chalmers en Gotemburgo, Suecia, en colaboración con el Hospital Universitario de Sahlgrenska, y la compañía de implantes llamada Integrum AB, que trabaja con las prótesis de anclaje óseo.

Mayor calidad de vida

La tecnología de osteointegración pone fin a problemas de inflamación, el roce y el malestar que causa una prótesis convencional que "presionan fuertemente el muñón y no es cómodo". Sin embargo, con la nueva técnica "al tener una conexión directa con el hueso y ningún componente que perturbe la piel, la calidad de vida se incrementa considerablemente".

El problema es que el implante de titanio para anclar la prótesis al hueso sólo está disponible en Europa, Australia, Chile y Estados Unidos, aunque ya se están buscando acuerdos para desarrollarlo en otros paises como México.

"Nuestro objetivo es hacer una tecnología que la gente pueda utilizar en sus actividades diarias, y nos gustaría que se convirtiera en un tratamiento estándar para cada amputación. Así, los precios disminuirían" concluye el doctor Ortiz.

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