Los problemas de seguridad que conlleva la carga y descarga de mercancías en la Calle Real de Segovia, principalmente en el tramo de la Casa de los Picos, sede de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Segovia, ha impulsado al director de este centro, Alberto Albarrán, a crear un videojuego para visibilizar esta situación, que afecta no solo a los alumnos, sino también a los viandantes.

La Calle Real es una vía peatonal que concentra gran parte de los comercios de la ciudad y que es muy transitada por los repartidores a primera hora de la mañana —de 8.00 a 11.00 horas—, muchos de los cuales aparcan sus vehículos junto a la fachada renacentista de la Casa de los Picos, uno de los tramos más estrechos de la calle, lo que en repetidas ocasiones da lugar a atascos y obstaculiza el paso de los peatones.

En marzo de 2015 uno de los picos de esta casona del siglo XV apareció roto, posiblemente tras ser golpeado por uno de los vehículos, un hecho que reabrió el debate sobre la carga y descarga en el casco histórico de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad y terminó en la modificación de los horarios, que tras ser aprobada por el Pleno entrará en vigor este mes.

Con el videojuego, denominado 'Un reparto peligroso', el director de la Escuela de Arte pretende advertir de los problemas de seguridad en la zona. En la introducción explica que tras la rotura del pico la Policía Local proporcionó al centro unos conos para colocarlos frente a la fachada, con el fin de disuadir a los repartidores de que aparquen sus furgonetas pegadas a ella.

Sin embargo, se queja que habitualmente estos conos son apartados o derribados, como así ilustra una fotografía que acompaña el juego, al tiempo que lamenta la gran velocidad con la que en ocasiones circulan los furgones.

El videojuego, realizado con el programa 'Scratch' (https://scratch.mit.edu/projects/91679509/), consiste en que durante 30 segundos unas furgonetas circulen por el lado descendente de la calle, el opuesto a la fachada, esquivando unos conos que se reponen de manera continua. Por cada vehículo que logre salir de la calle, el jugador consigue un punto.

Los responsables del centro han manifestado sus quejas por los riegos en la calle en reiteradas ocasiones. Pese a ello, Albarrán asegura que los repartidores se saltan las señales de tráfico "un día sí y otro también" y que no dudan en apartar los conos ni se inmutan cuando se les llama la atención, de ahí que haya decidido hacer visible el problema de una forma novedosa.