En todo el mundo hay personas que hacen del mundo un lugar mejor, más solidario, feliz, igualitario o consciente. Las hay en Ecuador, en Noruega y en Somalia. Y, por supuesto, también las hay en España. Oxfam Intermón con motivo del Día Internacional de la Mujer, ha estado buscando a las mujeres que, con esfuerzo y empeño, solas o en colaboración con otras personas, están luchando por avanzar y hacer avanzar a los que les rodean en este país.
En las dos anteriores ediciones las ganadoras del concurso Avanzadoras fueron Sagrario Mateo, que pasó de ser una mujer maltratada a poner en marcha la primera asociación navarra en defensa de las mujeres en su situación, y Mabel Lozano, por su implicación y su visión integral e internacional contra la trata de mujeres, un problema global que afecta a mujeres y niñas de todo el mundo y que se puede considerar una de las principales formas de esclavitud del siglo XXI. Su documental Chicas nuevas 24 horas fue nominado en la pasada edición de los premios Goya.
La tercera edición de este concurso ya tiene una nueva ganadora y dos finalistas, elegidas por un jurado formado por Consuelo López-Zuriaga (directora de comunicación de Oxfam Intermón), Melisa Tuya (escritora y periodista, coordinadora en 20minutos, medio colaborador de este concurso), Sole Giménez (cantante) y Charo Izquierdo (periodista, autora de la novela Puta no soy, que aborda la problemática de la trata) entre numerosas e interesantes propuestas que demuestran que hay muchas personas esforzándose a diario por los demás, con frecuencia de manera oculta.
La ganadora de la tercera edición del concurso Avanzadoras es María Pilar d'Errico, 'Mariú'. una mujer de 76 años que desborda pasión por la causa a la que se lleva dedicando durante tres décadas: la atención a las presas como voluntaria a través de la Asociación de Colaboradores con las Mujeres Presas ACOPE.
Su candidatura llegó de mano de una compañera de voluntariado en la organización, que contaba lo siguiente: "Mariú es una mujer viuda con 6 hijos que se ha volcado en ACOPE. La Asociación nació en octubre de 1986 (este año cumple 30), para dar apoyo a las presas de Yeserías. Se compone exclusivamente de personas voluntarias que van a las cárceles a hacer talleres, asesorar y acompañar a las presas tanto en los centros penitenciarios como en los pisos de acogida, cuando les dan permiso. Mariú ha sido y es el alma de la Asociación, a la que pertenece desde pocos meses después de que se constituyera. En los casi 30 años de compromiso, Mariú ha tenido responsabilidad como Tesorera y Presidenta en varios mandatos. Ha acompañado personalmente a las mujeres en las cárceles de Yeserías, Brieva, Carabanchel, Alcalá-Meco y Albacete. Ha trabajado mucho en la difusión de la situación de las mujeres en prisión, realizando conferencias, ponencias y mesas redondas en universidades e institutos de toda España. Su principal preocupación es mejorar las condiciones de vida de las mujeres reclusas y las de sus hijos, potenciar sus capacidades personales mediante talleres de comunicación y desarrollo personal, defender ante jueces e instituciones penitenciarias la necesidad de medidas de tratamiento, acompañarlas, ayudarlas y asesorarlas en sus procesos de excarcelación, alentar a los poderes públicos a tomar medidas de reinserción social, así como informar y sensibilizar a la población en general acerca de la realidad de las mujeres presas, de la necesidad de crear redes sociales de solidaridad y recursos residenciales que les permitan sentirse seguras a su salida de la prisión".
Las finalistas: contra la violencia de género y la violencia obstétrica
La labor de un jurado siempre es difícil, en un caso como este lo es aún más. Ha habido dos mujeres cuya dedicación les ha valido ser finalistas en la tercera edición del concurso Avanzadoras.
María Dolores Calvo Navarro es médico forense, pionera en la creación de protocolos contra la violencia de género y la defensa de mujeres y menores víctimas de violencia. María Dolores Calvo Navarro ha sido Médico Forense Titular, Presidenta del Consejo de Dirección del Instituto de Medicina Legal y Forense de Granada y directora del mismo (2005-2012).
Pionera en mejorar la atención y defensa jurídica de las víctimas
Desde sus inicios profesionales dedicó una especial atención a las víctimas de violencia de género y mayores maltratados, mucho antes del desarrollo de la Ley Integral. Su entrega y compromiso han llevado a incluir la perspectiva de género tanto en su actuación profesional como en la docencia, y es una de las promotoras de las Unidades de Valoración Integral de Violencia de Género (UVIVG) para mejorar la atención y defensa jurídica de las víctimas. Promovió la coordinación interna entre el Instituto de Medicina Legal y la Fiscalía en Málaga, innovación pionera que derivó en las Unidades de Coordinación Forense para los casos de violencia de género en toda España.
Su andadura de compromiso comienza cuando la violencia de género judicialmente era considerada como violencia familiar. Su experiencia como primera coordinadora forense para estos casos fue vital para organizar la atención a estas víctimas en todo el país, así como la creación de protocolo y la coordinación con la fiscalía, que se fueron replicando en toda Andalucía y después en España. Ha colaborado en este ámbito y también en los de maltrato infantil y de mayores con instituciones como Colegios de Abogados, Ayuntamientos, Instituto Andaluz de la Mujer, etc. Ha publicado estudios académicos sobre la salud psíquica de las víctimas de malos tratos, su valoración pericial, violencia juvenil; así como el desarrollo de talleres formativos, cursos, actividades de sensibilización, sobre la prevención y tratamiento de diferentes tipos de violencia.
Lorena Moncholí es abogada especializada en derecho sanitario, lucha legal y sensibilización contra la violencia obstétrica. Ha conseguido orientar a centros y personas para que se respeten los derechos de las mujeres y bebés en el entorno hospitalario.
Lorena Moncholí trabajó como abogada en entidades financieras y consultoría. Con motivo del nacimiento de su primer hijo, en 2010, descubrió en primera persona las prácticas hospitalarias que después violencia obstétrica, y sintió que ella y su bebé salieron del hospital sanos pero “heridos de parto”. Este descubrimiento le llevó a reorientar su carrera profesional, buscando herramientas legales para que los derechos de madres y bebés sean respetados. Se especializó en Derecho Sanitario, en consentimiento informado de pacientes y usuarios y en la defensa de los derechos que tienen las mujeres con respecto a la atención de su parto en el ámbito hospitalario, los derechos de los niños hospitalizados y la defensa jurídica de la lactancia, maternidad e infancia. Desde hace tres años realiza una labor de activismo permanente para erradicar y prevenir la violencia obstétrica. Forma a las mujeres embarazadas para que conozcan sus derechos.
La violencia obstétrica forma parte de la violencia de género y es un grave problema de salud pública en nuestro país. Deja secuelas en miles de mujeres cada año, no sólo físicas (cesáreas innecesarias, episiotomías...) sino fundamentalmente psíquicas, que afectan a la vida presente y futura de las mujeres incluso en el aspecto sexual, afectivo, familiar. En general, las madres la sufren en silencio y sin apoyo.
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