El pacto firmado este miércoles entre PSOE y Ciudadanos para investir presidente a Pedro Sánchez no ha gustado nada a Podemos ni al resto de partidos de izquierdas con los que los socialistas estaban negociando. Pese a la ruptura de esas negociaciones, Sánchez no ha querido este jueves tirar la toalla. "En este acuerdo con Ciudadanos hay mucho avanzado pero tenemos la mano tendida al partido de Pablo Iglesias", ha dicho en una entrevista concedida a la Cadena Ser.

"Podemos encontrar mucho terreno común con el partido de Pablo Iglesias", ha insistido el secretario general del PSOE, "más allá de las tres propuestas que se le conocen: la vicepresidencia, la ruptura de España con el referéndum en Cataluña y un aumento imposible del gasto público". Sánchez le ha reprochado a la formación morada que haya sido "el último partido en sentarse a la mesa de negociación y el primero en levantarse".

Consciente de que solo con los votos del partido de Albert Rivera no lograría la investidura, Sánchez ha resaltado que "lo fundamental es no olvidar la línea roja" de las formaciones de izquierdas: "Poner fin al Gobierno de Rajoy y del PP", de quienes ha dicho que espera "poco o nada" para que su investidura salga adelante.

"Sería incompresible para los votantes de Podemos y de la izquierda que Pablo Iglesias vote con el PP y con Rajoy en contra de un candidato del PSOE", ha reiterado. Para el líder socialista, "el acuerdo firmado con Ciudadanos es un pacto abierto, que no confronta y que no es excluyente".

Preguntado por sus declaraciones acerca de la derogación de la reforma laboral de los populares pese a que dicho punto no aparece en el acuerdo firmado con Ciudadanos, Sánchez ha respondido que en la práctica sí se está derogando. "La estamos derogando recuperando la negociación colectiva, la ultraactividad, acabando con el planteamiento de que el empresario pueda cambiar de manera unilateral las condiciones de trabajo y planteando tres contratos", ha respondido. De esta forma, ha defendido, se suprimirían los aspectos "más lesivos" de la reforma.

Igual explicación ha dado con la llamada ley mordaza. "No se puede coger el típex y borrar del BOE toda una ley", ha indicado, sino que se optaría de inicio por eliminar los puntos más controvertidos.