Hace poco más de una década, la serie Los hombres de Paco convirtió a Hugo Silva y Michelle Jenner en una de las parejas estrella de la pequeña pantalla. Los jóvenes actores levantaban pasiones, la química entre ellos era evidente. Ahora, muchos años después, vuelven a coincidir en Tenemos que hablar, una comedia de enredo dirigida por David Serrano (Días de fútbol, Días de cine) en la que interpretan a Jorge y Nuria, una pareja mal avenida a causa de la crisis.

Silva y Jenner han charlado con 20minutos —ella siempre charlatana, risueña y dada a la carcajada, él más serio pero afable y muy preciso en sus respuestas— para hablar de este último proyecto y de muchos otros en los que están implicados.

Ha pasado mucho tiempo desde Los hombres de Paco, ¿qué ha cambiado desde entonces?

Hugo Silva: En esencia no ha cambiado nada, es como si no hubiera pasado el tiempo. Además, en estos años hemos mantenido el contacto y hemos coincidido en un par de cosillas. No es importante el tiempo que llevábamos sin estar expuestos al público sino el tiempo que estuvimos juntos trabajando, que fueron tres años muy intensos durante los que desarrollamos una química y una complicidad que ya no se pierde. Todo fluye de una manera muy natural entre nosotros, es exactamente lo mismo que antes. Yo trabajo muy a gusto con Michelle... y me consta que ella conmigo también.

Michelle: Sí, no está mal (risas).

En la película se dice que la frase "tenemos que hablar" siempre es por algo malo, ¿es verdad?

M: Por lo general denota que vas a decir algo grave, y sí, no precisamente positivo.

H: Pero, ¿y si te lo dice un director de casting?

M: Claro, precisamente Verónica Forqué contaba hoy una anécdota. Decía que cuando David la llamó, le dijo: "Verónica, tenemos que hablar". Resulta que era para proponerle este papel en la película. O sea que ahí si es positivo.

O sea que sólo es negativo en las relaciones.

H: Exactamente, cuando hay una relación emocional y te dicen eso...

M: Hombre, si es en un trabajo en el que ya estás y viene el director y te dice "tenemos que hablar", ahí es malo, ahí da miedo. (risas)

¿Qué otras frases creen que dan mala señal en una relación?

H: "¿Y este pelo de quién es?" (risas).

M: O cuando uno empieza "no te enfades pero...".

También se ve que el dinero puede ser un gran problema en todo tipo de relaciones, ¿no?

H: Nunca hay que mezclarlo, nunca.

M: Cuando ocurre una crisis, yo creo que afloran partes de uno mismo que a lo mejor todavía no se habían mostrado o incluso la verdadera cara, y eso es lo que hace que veas en ese momento si estás hecho o no para convivir con esa persona o si eso te acaba separando porque lo ves de manera diferente.

Desde luego, la crisis es una de las desencadenantes de la trama. Al principio se señalan muchas de las causas de la situación actual.

M: Y no salieron todas, había más ideas.

H: Claro, es que han sido tantas... Más que nada lo que se hace es que el espectador, que ya está en esta época y sabe todo lo que pasó, se escandalice cuando ve todo el tema de las hipotecas, los negocios, las inversiones... Y también se van a ver a sí mismos, a nosotros mismos, cómo era esa España hace diez años, que creíamos que iba como un cohete. Se oían frases tan bestias como "España está en la Champions League de la economía europea", "España es la locomotora del Mediterráneo" y en realidad España éramos un montón de gente que estábamos un poco engañados.

Y eso nos ha traído a un momento en el que ni siquiera hay un gobierno claro.

M: Ahora ellos tienen que hablar (risas).

Entonces, ¿cuál dirían que es el mensaje de la película?

Esta es una película que, aparte de ser una comedia de eneredo y estar puesta en el marco de la crisis, es muy esperanzadora. Habla mucho del concepto del cariño de la familia. Creo que ese es un poco el mensaje que podríamos dar con esta comedia, que al final lo más importante, lo que te llevas cuando se acaba todo son las vivencias, los recuerdos y el haber querido mucho y haber disfrutado en la vida. Y al final, aunque hayas sufrido, aunque te haya faltado dinero, aunque hayas tenido alguna decepción en la vida, lo más importante es intentar afrontar las cosas de una forma feliz.

En la película, Nuria decide actuar por lástima, ¿cree que esa es una buena motivación en la vida?

M: No sé si es lástima. Yo lo llamaría empatía, porque no quiere que nadie sufra. Lo que quiere es evitar el sufrimiento de los demás, aunque a veces meta la pata.

¿Esas buenas intenciones justifican incluso las mentiras?

M: En general, los seres humanos mentimos mucho. Leí un artículo una vez en el que ponía que mentíamos muchísimas veces al día y es verdad. A lo mejor en una cosa tan tonta como que alguien te pregunte qué tal y tú respondas bien, cuando a lo mejor en ese momento no es verdad porque te duele algo. Mentimos mucho, pero en este caso es para no hacer sufrir al otro o para suavizar las cosas antes de decirlas.

H: Totalmente de acuerdo con mi compañera.

¿Usted miente mucho?

H: No, yo no. La verdad es que intento mentir lo menos posible. No por nada, yo creo que es una cuestión egoísta. No es que yo sea muy empático —que creo que lo soy, pero bueno—, es más que nada porque me parece que se vive mejor, más tranquilo. Es cierto que hay temas delicados con los que puedes hacer daño a alguien y entonces intentas suavizarlo un poco, exponerlo de tal forma que esa persona reciba esa verdad tan dolorosa de una forma suave. Pero vamos, yo creo que la mentira está ahí desde que existen la inteligencia y el uso de la palabra. La mentira viene con vosotros.

¿Cómo llevan el hecho de hacer comedia?, ¿les gusta el género?

M: A mí me daba mucho respeto y mucho miedito. Estoy quizá menos acostumbrada a hacer comedia que a hacer drama, por eso también me apetecía, tenía muchas ganas por hacer algo distinto y por enfrentarme a algo nuevo.

Usted, Michelle, estrenó la semana pasada La corona partida. Parece que el personaje de Isabel estará con usted por muchos años. ¿Le tiene cariño?

M: Ahí tengo un cameíto. Y sí, claro que le tengo cariño. Se echa de menos, porque personajes así no caen todos los días. Poder interpretar a un personaje tan fuerte, tan variable, desde sus 14 años hasta su muerte con cincuenta y pocos, con todo ese abanico de detalles... Cada capítulo era diferente. Era una maravilla. Siempre la llevaré conmigo. Que la gente me recuerde por ese personaje es muy bonito porque significa que también lo siguieron y lo vivieron.

Por otro lado, usted, Hugo, se ha estrenado en el Ministerio del tiempo, ¿cómo ha sido la experiencia?

H: Ha sido fantástica. He participado con un equipazo, he descubierto a compañeros con los que nunca había trabajado y he podido repetir con otros con los que sí lo había hecho. Me ha encantado interpretar un personaje que es de una época muy concreta que marca mucho y que —como se verá más adelante, en los próximos capítulos— hay momentos en los que él mismo debe interpretar a otros personajes de otras épocas. Ese doble juego nunca lo había hecho y la verdad es que me lo he pasado muy bien.

¿Ya ha tenido contacto con el fenómeno fan de la serie?

M: Los ministéricos.

H: Estoy muy contento porque, después de este primer capítulo, lo que me ha llegado han sido muy buenas vibraciones, muy buen rollo. Veo que de repente el público, sobre todo los ministéricos, el público más fanático, se ha ilusionado con el personaje y la verdad es que nunca me había pasado. Nunca había llegado a un sitio siendo el nuevo. Siempre que he participado en proyectos he participado desde el principio. Estoy feliz. Además, yo también era ministérico antes de estar en la serie.

Michelle, ¿cómo ha sido su trabajo con Pedro Almodóvar en Julieta?

Ha sido una experiencia maravillosa, un placer. Me lo he pasado muy bien. Tengo un personaje que es pequeñito pero es muy bonito y es el detonante de todo lo que ocurre en la película. Es un lujo. Todavía me lo preguntan y no me creo que esté en esa película. Se estrenará el 8 de abril.

¿No existe un choque entre este aparente buen momento de la industria cultural y las carencias que siempre se denuncian desde dentro?

H: El IVA no ayuda.

M: Es la parte que se ve, porque nosotros también vivimos desde dentro muchos proyectos que nunca llegan a salir. Desde fuera sólo se ve lo que sale y no se suele hablar de lo que no sale. Pero a mí me pasa mucho que tienes muchos proyectos y de repente uno se cae, otro se retrasa hasta no se sabe cuando...

H: Es muy curioso porque estamos viviendo un momento en el que, por un lado, el público de repente está en perfecta comunión con la ficción —ya no digo el cine, también la televisión—. De repente el público está aceptando y está disfrutando mucho de lo que se está haciendo, pero es verdad lo que dice Michelle, lo que no sabe el público es que no se hace ni la mitad de lo que se podría hacer y eso es porque todavía no hay suficientes recursos para hacerlo. Y vuelvo a insistir, el IVA no ayuda nada.

¿Sigue escuchando música heavy?

H: No, ya no (risas). Lo dejé.

M: Se cortó la melena (risas).

H: Es que es como decir qué comida te gusta. De pequeño a lo mejor te gustaba mucho el chocolate, pero ahora ya te gusta todo. Con esto me pasa igual. A mí me gustaba el metal, el rock&roll ya hora me gusta la música electrónica, me gusta la música étnica, me gusta el flamenco, me gusta el funky, me gusta todo....