El volcán de El Hierro sigue emitiendo agua a 39 grados cuatro años después

  • sigue emitiendo por su cráter más joven agua caliente a 39 grados centígrados pasados ya casi cuatro años desde que terminó su erupción.
  • "Nuestros resultados han demostrado que la fase de desgasificación del volcán ha convertido la zona en un laboratorio natural" afirman los científicos.
Fotografía que muestra la actividad registrada junto al volcán submarino de la isla canaria de El Hierro.
Fotografía que muestra la actividad registrada junto al volcán submarino de la isla canaria de El Hierro.
EFE
Fotografía que muestra la actividad registrada junto al volcán submarino de la isla canaria de El Hierro.

El volcán submarino de El Hierro sigue emitiendo por su cráter más joven agua caliente a 39 grados centígrados pasados ya casi cuatro años desde que terminó su erupción, según ha podido comprobar el grupo de científicos españoles y alemanes que ha descendido por primera vez a explorarlo.

Un pequeño submarino del Centro Oceanográfico Helmhotlz de Kiel (Geomar), el JAGO, examinó durante los días 12 y 13 de octubre todo el cono del volcán, desde los 88 metros de profundidad a los que quedó su cima, hasta 220 metros bajo el mar, llevando a bordo a científicos del propio organismo alemán, el Instituto Español de Oceanografía y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El volcán de El Hierro está sometido desde hace cuatro años a una constante vigilancia científico por parte del IEO, las dos universidades canarias, el Banco Español de Algas y el Museo de Ciencias Naturales de Santa Cruz de Tenerife a través del proyecto "Vulcano", que ha conseguido tomar todo tipo de muestras y datos, desde la superficie y con robots submarinos.

La nueva expedición a la que se ha sumado el Centro Oceanográfico de Kiel ha permitido observar directamente la actividad hidrotermal, gracias a las inmersiones realizadas en el submarino científico JAGO, explica la profesora Magdalena Santana Casiano.

Esta oceanógrafa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha estudiado las perturbaciones físico-químicas causadas por el volcán y las alteraciones que éstas han provocado en la actividad y composición de las comunidades del plancton.

"Nuestros resultados han demostrado que la fase de desgasificación del volcán ha convertido la zona en un laboratorio natural a escala de ecosistema para estudiar los efectos del cambio global en el medio marino", apunta.

En 2014, las inmersiones del robot submarino Liropus 2000 del IEO mostraron lo que parecían ser depósitos de óxidos de hierro, tapetes bacterianos y emanaciones de fluidos de baja temperatura cerca del cráter principal del volcán. Un año después, la pluma de gas y las aguas más ácidas comenzaron a detectarse al sureste de ese cráter.

Ahora, la zona más activa parece estar en una depresión situada en uno de los flancos del volcán. Además, en esa zona, el submarino JAGO ha tomado muestras de cristales volcánicos frescos que sugieren que esa estructura puede ser la más joven del volcán.

Durante su inmersión, la profesora Magdalena Santana-Casiano y el investigador del IEO Eugenio Fraile observaron que la superficie de ese cráter secundario está compuesta por una ceniza muy reciente y por escorias recubiertas por óxidos de hierro.

La superficie de ese cráter emite agua a 39º en una zona de unos 100 metros cuadrados, pero concentrada en pequeños focos que forman chimeneas de apenas cinco centímetros de diámetro.

Alrededor de la zona de emisión se observa una fina capa de bacterias y el agua situada justo encima muestra un aspecto lechoso debido a las partículas de sílice.

"Desde que el volcán entró en esta fase de desgasificación hace tres años, hemos registrado numerosas anomalías físico-químicas en la columna de agua. El JAGO ha permitido corroborar nuestros hallazgos y nos ha ofrecido la oportunidad de poder ver los procesos que generan estas perturbaciones con nuestros propios ojos.

Y todavía más importante: hemos podido tomar medidas directamente en el origen de la emisión", explica Eugenio Fraile.

Ahora, los laboratorios de Geomar, el IEO y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria están analizando las muestras de agua, gas y roca tomadas en las inmersiones realizadas durante este mes.

"Los nuevos hallazgos muestran cómo, desde que empezó la crisis de 2011, el volcán ha ido emitiendo agua caliente al tiempo que el magma se iba enfriando bajo el subsuelo", concluye Mark Hannington, geólogo marino de la institución alemana.

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