Junta y ONCE fomentarán la presencia de perros guía "jubilados" en unidades de convivencia de los centros 'En mi Casa'

La Junta y la ONCE seguirán trabajando para fomentar la presencia de los perros guía "jubilados" de la organización en las unidades de convivencia de los centros que cuentan con el modelo de atención residencial a personas mayores 'En mi casa'.

La Junta y la ONCE seguirán trabajando para fomentar la presencia de los perros guía "jubilados" de la organización en las unidades de convivencia de los centros que cuentan con el modelo de atención residencial a personas mayores 'En mi casa'.

Así lo ha anunciado este miércoles la consejera de Familia, Alicia García, en el marco de la inauguración de la muestra '25 años caminando juntos', que hasta el sábado 20 de febrero recorre la historia de los perros guía de ONCE, momento en el que ha asegurado que tras la experiencia de convivencia de un perro guía jubilado con los mayores de la residencia de Fabero (León), se buscará extender la experiencia a otros centros.

Fueron los mayores quienes, en el escenario de la unidad de convivencia, se hicieron cargo de la perra Cuca y de sus cuidados en lo que García ha considerado "una línea muy bonita" de colaboración que se intentará trasladar a otros centros.

Además y en respuesta a la petición realizada por el delegado territorial de ONCE Castilla y León, Ismael Pérez, quien ha pedido la complicidad de las administraciones para defender sus derechos a través de una legislación "amable", la consejera de Familia ha adelantado que se constituirá un grupo de trabajo con representantes del sector para abordar el desarrollo del Reglamento de la ley en la parte concerniente a los perros guía.

Son 46 los cánidos que actualmente acompañan de manera regular a personas con discapacidad visual en la Comunidad (ocho en Valladolid, tres en Ávila, nueve en Burgos, 14 en León, uno en Palencia, seis en Salamanca, dos en Segovia, uno en Soria y dos en Zamora), según Pérez, quien ha recordado que el cambio del bastón al perro, un "elemento importante de movilidad imprescindible y moderno", es como pasar "de un Seat 600 a un Ferrari".

El delegado territorial de ONCE, quien ha cifrado en cerca de 30.000 euros el coste de preparación y adiestramiento de los perros hasta su entrega al usuario, ha destacado la importancia de que la muestra sea visitada por escolares ya que las historias sociales "tienen que empezar a contarse desde que uno es pequeñito", a lo que ha sumado la relevancia de que ciudadanos, administraciones y medios de comunicación sean "cómplices" de la labor que hace la ONCE.

Proceso de preparación

Es, desde hace 25 años, la Fundación ONCE Perro Guía la que trabaja en la preparación de estos animales que, tal y como se explica en la muestra inaugurada hoy, comienza con la crianza, especialmente de razas como labrador retriever, golden retriever, pastor alemán y flat coated retriever, cuyos progenitores son incluso elegidos para lograr cachorros inteligentes y de carácter "afable y equilibrado".

A los dos meses de su nacimiento llega la fase de socialización, consistente en el acogimiento de los cachorros por parte de familias de la Comunidad de Madrid (más de 3.000 han tenido un cachorro en casa) que acercan al animal a la experiencia de la convivencia y del conocimiento de distintas situaciones como el uso del transporte público, a lo que se suma el aprendizaje de una obediencia básica.

Llegado el año, los perros vuelven a las instalaciones de la Fundación ONCE Perro Guía en Boadilla del Monte, donde en sus más de 110.000 metros cuadrados y a lo largo de algo más de medio año se aborda la fase de adiestramiento con instrucción específica a fin de convertirlo en un "eficaz guía" y de un amigo para el dueño, además de un "animal sociable, paciente y amistoso".

En esta etapa el animal aprende, entre otras cuestiones, a aceptar el arnés, desplazarse en el transporte público y sortear obstáculos para conseguir que adquiera la capacidad de tomar decisiones en situaciones complejas.

Concluida esa fase, llega el momento de asignar el perro a un usuario en función de sus características y de las necesidades de la persona para, juntos, afrontar un proceso de aprendizaje de dos semanas para conocerse y adaptarse, experiencia por la que ya ha pasado en tres ocasiones Denis Quintela, quien a sus 32 lleva casi cuatro años con Wirta, una perra a la que le costó acostumbrarse pese a que es más buena y obediente que la anterior, más nerviosa.

Fue al cumplir 18 cuando Quintela cambió el bastón, que detectaba algunos obstáculos "pero otros no", por el perro, que "esquiva cualquier obstáculo". "La complicidad tienen que ser máxima", reconoce antes de apostillar que el entendimiento es tal que el animal llega a saber, con un gesto de la correa, lo que necesita o quiere.

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